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  • El Uniandino

Raquel Bernal se posesiona como la primera mujer rectora de la Universidad de los Andes en 74 años


Cuando en 1995 Raquel Bernal se graduó como economista, casi se cae de la tarima. A los 23 años se convertía en la primera mujer graduada en economía en recibir el grado Cum Laude, la máxima distinción que otorgaba la universidad en ese momento. Pero ese instante de gloria casi se opaca. Cuando se acercó a recibir los diplomas y darle la mano a los directivos ubicados en una mesa larga, el estrecho espacio por el que caminaba casi no le alcanza y por poco se resbala.

“Estaba a punto de caerse, todo el mundo se reía, y ella hacía equilibrio con su diploma. Pero con su tozudez salió adelante y terminó su recorrido”, recordó su amigo Iván Cardona hace una semanas para el perfil que El Uniandino le hizo a la rectora. La escena ocurrió en la Plazoleta Alberto Lleras Camargo, la misma en donde ayer Bernal se posesionó como la primera mujer rectora de Los Andes después de 74 años de fundación. Esta vez estaba al otro lado de la mesa; una caída era menos probable, y risas no fue lo que produjo entre los asistentes, sino aplausos.


A las cuatro de la tarde estaban citados los asistentes a la ceremonia de posesión de la rectora. El evento se hizo al aire libre, en el corazón de la universidad, en una tarde gris, fría y con lluvia al final. En primera fila estaba la familia de Bernal; Marco Tulio Bernal, su padre; Zenobia Salazar, su madre; Roberto Bernal, uno de sus dos hermanos; Juan Pablo Ospina, su esposo, y sus hijos, Juan Miguel y Sofía, quienes gritaban: “¡Esa es mi mamá!”.


En total asistieron más de 200 personas, entre profesores, decanos, administrativos, amigos cercanos y algunos estudiantes. También llegaron personalidades como el expresidente César Gaviria, el exministro de Hacienda Alberto Carrasquilla y hasta la periodista María Jimena Duzán. “Se notaba una gran alegría, y eso fue lo que nosotros sentimos: mucha alegría”, nos dijo Zenobia Salazar.


“Es una profesora y una investigadora de primer nivel y que encarna los valores más altos de nuestra institución”, resaltó sobre Bernal en su discurso Eduardo Pacheco, presidente del Consejo Superior, órgano que el 20 de abril eligió a la economista como rectora. Los otros candidatos eran la economista Ana María Ibáñez y Eduardo Behrentz, el saliente vicerrector administrativo y financiero. “Estoy seguro que sus cualidades personales y académicas pondrán a la Universidad de los Andes en un nuevo nivel”, le dijo Pacheco a Bernal en su discurso.


Raquel Bernal es doctora en economía de la Universidad de Nueva York, fue profesora en la Universidad Northwestern en Chicago entre 2003 y 2006 y directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico (CEDE) desde el 2014 al 2017. Tiene diversas publicaciones por su investigación en el mercado laboral y el desarrollo de la primera infancia. Todo eso la ha posicionado entre las 20 economistas más citadas de la profesión en el país.


Su llegada al edificio Pedro Navas ocurrió en 2019, cuando Alejandro Gaviria la nombró su vicerrectora académica, tras una larga trayectoria como profesora e investigadora. Luego de que en agosto de 2021 Gaviria renunció a la rectoría para hacerse candidato presidencial, Raquel Bernal ocupó el puesto de rectora encargada. Ocho meses después fue elegida finalmente rectora por un período de cuatro años.


“Estoy aquí sin pretensión o ambición, pero con gran ilusión. Estoy aquí por vocación de servicio, por una vocación de enseñar que heredé de mi madre”, dijo la rectora en su discurso. Su madre fue profesora rural y su padre un empresario del sector de la construcción. Bernal dijo que heredó de sus padres la cualidad de saber escuchar, la generosidad y la exigencia. “Una alegría, eso ha sido Raquel para nosotros toda la vida”, nos dijo al otro lado del teléfono la señora Zenobia Salazar.


En un momento del discurso, la voz de la rectora se quebró. Pasó cuando recordó que en febrero un estudiante boyacense llamado Francisco la siguió en la calle para agradecerle su gestión durante la pandemia: “él quería que yo supiera que eso había salvado vidas”, contó Bernal, luego tomó un respiro, y continúo conmovida: “ese día, gracias a ti, Francisco, conecté de manera contundente con mi propósito de vida. Entendí el porqué. Reiteré que lo que hacemos en la universidad tiene un impacto, transforma vidas y, de paso, contribuye para transformar a la sociedad”.


En su discurso, Bernal reiteró que la universidad, hoy, es necesaria para generar confianza en las instituciones y plantear soluciones eficaces ante los tiempos actuales de desinformación, desigualdad y tensiones políticas. “Somos, de alguna manera, la conciencia de la sociedad, los convocados a buscar acuerdos para la paz, el crecimiento, la estabilidad, y la sostenibilidad”, dijo.


Hace unas semanas, Bernal le dijo a El Uniandino que quería convertir a Los Andes en la mejor universidad de Latinoamérica. Ayer recalcó que su objetivo va más allá de eso. “Nos hemos movido por asuntos de competitividad, posicionamiento de marca, rankings e ingresos, a expensas de la empatía, la colaboración y el impacto social”, dijo sobre el error que han cometido las universidades. “Tenemos que garantizar la sostenibilidad, por supuesto, pero sin perder de vista nuestro sueño [...] nuestra responsabilidad es aportarle a la sociedad, tener impacto en el país, en el planeta”, agregó la rectora.


Terminada la ceremonia, Bernal llamó a su hija de 10 años a la tarima y se dieron un fuerte abrazo. Su padre, Marco Tulio, se fue temprano porque el frío le hacía daño. Su madre, la señora Zenobia Salazar, se quedó a compartir un rato con los asistentes.


—Mamita, gracias, muchas gracias por esa felicidad que siempre nos ha dado desde que eras tan chiquita — le dijo Salazar a su hija.


Raquel Bernal, en 27 años, pasó de ocupar el cargo de asistente de la rectoría de Rudolf Hommes, al de la primera rectora en toda la historia de Los Andes. Subió escaleras y rompió techos. Los retos que le esperan, en materia de sostenibilidad, transformación digital y confianza institucional son grandes. Su carácter reservado, estricto, empático y cercano a la evidencia serán su brújula. “Le deseo que siga haciendo las cosas como ella las ha hecho siempre: sin escatimar su tiempo, sin escatimar sus conocimientos, sin escatimar nada para lograr los planes y proyectos que ella tiene para la universidad”, concluyó la señora Salazar.



 

Por: Santiago Amaya Barrantes


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