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  • El Uniandino

Mochilas Wayúu: ¿Moda o mercantilización de la cultura?


La comunidad wayúu se ubica en la Guajira, Colombia. Es un pueblo indigena reconocido por sus mochilas ya que hacen parte de su cultura y por tanto de su historia. La creación de estas artesanías se relaciona con su cosmovisión, es decir, cada una cambia dependiendo de su utilidad y lo que quiere representar, según la forma que generen los hilos. En la cultura Wayúu los kannas son el arte de tejer dibujos, estos son una forma de expresar, concebir sus pensamientos en relación con la forma en la que sienten y desean la vida. Asimismo, su proceso de creación (tiempo y persona que realizó el trabajo), hilos y pensamientos, son características que permiten la exclusividad en cada producto. Para la producción de estas mochilas el pueblo Wayúu usa algodón silvestre, recogen los materiales de los animales que crían como: los chivos. También usan fibras naturales que son propias de su región como: el maguey en mecha y el aipis.



El tejido en la comunidad al ser una herencia de sus ancestros y una práctica cultural tiene una leyenda. Según esta, la comunidad Wayúu desciende de Wereke; la araña que les enseño a tejer. Dado que los conocimientos artesanos son principalmente de las mujeres, estos se heredan de madre a hija. Después del primer período, la mujer es encerrada por una semana con el fin de realizar rituales para purificar su alma y cuerpo. Al ser purificada, la abuela, la madre y las tías le podrán transmitir los conocimientos y tradiciones. La habilidad del hilado les enseña la importancia de la autosuficiencia e independencia. Así, como su pertenencia a la comunidad y su empoderamiento, finalmente a crear un equilibrio con la naturaleza y sus ciclos de vida.


Es importante aclarar que la mochila Wayúu en el año 2011 fue declarada como Denominación de Origen, ya que se busca proteger los derechos de propiedad intelectual de esta comunidad. El título está en cabeza del Resguardo Indígena Wayúu. Sin embargo, esto no ha limitado que internacionalmente se creen copias, transformaciones y poco reconocimiento a la comunidad. Por estas razones en este blog estableceré la problemática existente de globalizar lo etnico junto a la moda.


En los últimos años, lo etnico ha obtenido una gran popularidad entre marcas y diseñadores de alta costura. Así, muchas pasarelas y revistas han sido el escenario para fusiones, experimentos, de la moda, estilo moderno y etnico. Generando de esta manera una problemática que considero debe ser resaltada; la intervención de la moda en las mochilas wayúu ha creado una mercantilización de la cultura que ha tenido como consecuencia la copia y venta de estos objetos sin la autorización de la comunidad, lo que permite una desvalorización de la cultura y el trabajo de este pueblo indigena.


La exclusividad de estos objetos ha hecho que el mundo los vea con ojos de deseo, especialmente los diseñadores en épocas para primavera/verano, en las cuales son usados los colores vivos (como los hilos de las mochilas). En la noche de la gala benéfica BeLive 2009 en la ciudad de Miami, algunas artesanas de la comunidad Wayúu fueron elegidas para que sus mochilas se intervinieran por diferentes diseñadores reconocidos. Silvia Tcherassi puso cristales de Swaroski de los mismos colores que el bolso y siguió la forma geométrica del tejido. Moschino usó ganchos nodriza alrededor de los tejidos. La diseñadora Carolina Herrera la bordó con lentejuelas añadiendo relucientes tejidos negros y blancos con cintas entrelazadas, sumandole un bordado en piedras color rubí. Probablemente al leer este ejemplo no se verá algún problema en esta situación, debido a que aparece el reconocimiento de las mochilas wayúu. Pero como resalta Alfredo Molano en su escrito “Mochilas al viento” en el periodico El espectador: “Las mochilas Wayuu serán las invitadas especiales para ser rematadas en pública subasta. Pero no serán –cosa obvia– las tejidas por las mujeres de la etnia, sino las diseñadas por Óscar de la Renta, Calvin Klein, Missoni, Amelia Toro y Silvia Tcherassi (…) por supuesto, llevarán estampada la firma del autor. Adiós al tejido hecho con fibras de maguey y algodón, a los remates que parecen mandalas, a las gasas con que se guindan, a su peculiar olor a desierto, cabro y trupillo.” Es decir, que dichas transformaciones a las mochilas por diseñadores reconocidos, cambia el significado simbólico del producto convirtiéndolo en un producto de alta costura alejado de su raíz. Además estas intervenciones terminan anulando la autoría de las comunidades indígenas.


Como se ha visto anteriormente, la globalización de las mochilas Wayúu rompe las tradiciones de la comunidad y su relación con el producto netamente cultural. Entonces ¿es mejor no globalizar la mercancía de estas comunidades para protegerlas?


En un mundo globalizado es difícil definir a ciencia cierta qué diseños pertenecen a quién, o quién es dueño de qué elementos. Por esto mismo, es complicado tener un estilo innovador, por lo que muchos diseñadores han usado recursos étnicos para crear estrategias comerciales que orientan la mirada del consumidor hacia nuevas culturas. A pesar de ello, hay un límite muy delgado entre usar estos recursos étnicos para internacionalizar estas culturas fomentando un mercado más amplio, o usarlos para aprovecharse de ellas y satisfacer al público. La mercantilización de la cultura y la enajenación de la propia son problemáticas que generan piratería y copia de los elementos culturales de las comunidades indígenas como la mochila Wayúu. Esto genera que se pierda la tradición y la historia. Tal y como afirma Diana Junco en La cultura amenazada por la mercantilización: “Cuando nos venden terceros y no los mismos artesanos, la cultura de una comunidad está en peligro, además de que se está violando la propiedad intelectual de un arte de hace siglos. Los clanes wayúu han buscado diferentes formas de sobrevivir conservando su cultura y tradiciones; una de esas formas ha sido con la venta, que ellos personalmente hacen en sus rancherías, de sus bolsos, chinchorros y diversas artesanías”. Igualmente las mochilas Wayúu no solo pierden su valor cultural cuando la procesan o venden otras personas ajenas a la comunidad, también se pierden tradiciones y simbologías relacionadas con el tiempo empleado, el material, los estilos de la mochila, y la técnica usada.


De esta forma, es evidente que la llegada de tejidos ancestrales a la globalización ha afectado su simbología y exclusividad. Primero, porque una producción como la de las mochilas wayúu desde la propia comunidad no puede funcionar para una sociedad de consumo. Para las sociedades de consumo la producción masiva es fundamental, entonces, se debe cambiar el material de las mochilas para obtener una fabricación más rápida, es por esto que se elige el material sintético, además se sustituye la mano de obra de las mujeres indígenas por máquinas que logran optimizar la elaboración de los productos. Esto va en contra de las opciones artesanales, dado que no usa el mismo fin creativo al realizar la mochila. En el diseño textil de la comunidad indigena el mismo proceso de creación permite generar pensamientos que cambian y le dan un valor simbólico al desarrollo del objeto. Segundo, es claro que no se está buscando calidad sino satisfacer la prontitud de la moda para usar dicho producto, especialmente si hablamos de la utilización de estas mochilas en una temporada específica.



Es importante no olvidar que el tejido se crea a partir de una cosmovisión en la que se manifiesta el sentido de vida de la comunidad. No obstante, al combinar esta simbología con la globalización se crea una hibridación cultural que finalmente puede perder su primera concepción. Esto es sólo la punta del iceberg.


Por otro lado, el problema y pérdida de las concepciones culturales de las mochilas Wayúu no ocurre únicamente al ser internacionalizadas. Lo más frustrante es la realidad que vivimos en Colombia. Intentamos alardear frente a otros países sobre la riqueza de nuestra identidad, sin embargo, en nuestro propio territorio ni siquiera logramos reconocer a los artesanos ni los diseños de las comunidades. Desconocemos la forma en la que surgió y compramos cualquier marca con tal de obtener el elemento que deseamos. ¿Realmente cuántos colombianos nos sentimos identificados con las mochilas Wayúu? O ¿por lo menos conocíamos su forma de producción? o finalmente ¿las usamos porque están de moda? Es así, pues que buscamos mostrarnos como supuestos compradores locales sin importar las consecuencias que esto puede traer a las comunidades indígenas. Las formas de venta, producción y los cambios que se les realizan a las mochilas sin el permiso de la comunidad se convierten en un riesgo para su economía, su labor ancestral y su cultura.


En conclusión, con la mercantilización de los bolsos Wayúu se genera un reconocimiento mundial que sustituye el legado cosmovisionario y cultural de la comunidad. Así pues, la apropiación cultural de estos objetos genera una desnaturalización de las comunidades pues, afecta directamente los derechos de autor (que deberían ser usados cuando se internacionalizan estos objetos). Como se demostró anteriormente, sigue existiendo una gran cantidad de empresas y diseñadores que siguen explotando los símbolos de comunidades indígenas para otro tipo de mercado consumista generando daños para estos pueblos. Finalmente, antes de que existiera lo que hoy conocemos como industria, moda o empresa, existía un gran prestigio por los símbolos que creaban las comunidades indígenas, debido a que estas representaban una forma de comunicarse. En consecuencia debemos problematizar la idea de mercantilizar la cultura para generar moda. Por ello, es fundamental indagar de dónde vienen las mochilas y los productos. Reconocer el trabajo de las comunidades indígenas de forma monetaria y artistas tradicionales. En este momento no es posible romper los vínculos existentes entre lo ancestral y el mundo globalizado, pero, como consumidores de la moda debemos implementar acciones de defensa que protejan a estas comunidades.

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Por: María Paula Guativonza



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