En las últimas semanas el país ha vivido episodios de violencia que han tenido a la fuerza pública como protagonista. Uno de los hechos más lamentables sucedió el 24 de septiembre en una carretera de Miranda, norte del Cauca, donde Juliana Giraldo fue asesinada por un soldado del ejército colombiano en circunstancias que aún hoy son objeto de investigación. Se encontraba desarmada.
Este caso se suma a los episodios de violencia ocurridos en Bogotá y en los municipios aledaños a la capital, en los que la policía nacional disparó indiscriminadamente hacia manifestantes que rechazaban los abusos policiales que concluyeron con la muerte de Javier Ordoñez y 10 civiles más. Ser colombiano desde hace años ha implicado vivir con un miedo constante.
Dice mucho sobre la gestión de Holmes que durante el año que ha asumido la cartera de Defensa la percepción de inseguridad de la ciudadanía durante el gobierno de Duque haya alcanzado su nivel más alto (88%). Y no solo esto, la confianza de las y los colombianos en la Policía Nacional y en las Fuerzas Militares cayó a números no vistos en los últimos 20 años (40% y 48% a junio respectivamente) como lo registró Gallup Poll. Esta estadística plantea serias dudas frente a la gestión de Carlos Holmes Trujillo como Ministro de Defensa, y sobre si debe seguir en el cargo.
¿Por qué las y los colombianos no confiamos en las instituciones vinculadas al sector defensa? ¿Por qué nos sentimos tan inseguros últimamente? Bueno hay varios hechos que nos pueden decir porqué.
El primero es que en lo que va de este 2020, que se puede decir ha sido el año en el que Holmes Trujillo ha dirigido el Ministerio de Defensa Nacional, ha habido casi el doble de masacres que en el total del 2019. Según Alberto Brunori, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el año 2019 hubo un total de 36 masacres en Colombia, dejando 133 personas asesinadas, el número de masacres más alto desde 2014. En cambio, en lo que va de este año, el reporte del Observatorio de Derechos Humanos de Indepaz, con corte al viernes 18 de septiembre de 2020, ha dejado un saldo de 60 masacres y 244 víctimas mortales. El ministro de Defensa está a 12 masacres de duplicar los números de su antecesor, el también poco apto Guillermo Botero. Es el colmo que el costo de la mala gestión de ministros que no están a la altura del cargo se mida en vidas humanas y todo el dolor que ello significa.
El segundo hecho responde a la pregunta de por qué las y los colombianos no confían en la fuerza pública. Según estadísticas de la Policía Nacional, hasta el 6 de julio de este año se abrieron 1.924 procesos disciplinarios y han sancionado a 276 funcionarios por abusos de fuerza en los últimos 18 meses. Lo que prueba que es falsa la excusa esgrimida por el ministro de Defensa cuando se le preguntó por los abusos de fuerza cometidos durante las protestas en rechazo al asesinato de Javier Ordoñez. Abusos cometidos por el ESMAD y la policía ante los que el ministro respondió: “no se puede culpar a toda una institución por casos individuales”. Bueno, parece ser que pululan en el sector defensa los casos individuales, al punto que se vuelven sistemáticos.
El tercer hecho son las acciones ilegales del ministro de Defensa. Carlos Holmes Trujillo ha hecho gala de su experiencia en el sector público a lo largo de su trayectoria política, resulta poco creíble que no conozca la naturaleza ilegal de su actuación en el sonado caso de las tropas estadounidenses. Trujillo asesoró a Duque para violar el debido proceso constitucional al no acudir al Congreso de la República para la aprobación de la presencia de dichas tropas. Primera ilegalidad.
Pese a la orden del Tribunal, el 7 de agosto Holmes Trujillo citó una rueda de prensa, en la que dijo dos cosas: 1. Que el presidente nuevamente había aprobado la presencia de estas tropas en territorio nacional. 2. Que la decisión se había tomado porque ya se había cumplido con las órdenes del Tribunal. Esta última afirmación es falsa, pues lo que sucedió es que 69 senadores enviaron cartas al despacho del ministro diciendo que “aprobaban” la presencia de estas tropas norteamericanas en territorio colombiano, hecho que no se corresponde con el debido proceso pues el Congreso de la República debe sesionar, discutir y votar esta decisión, no enviar cartas ni otro tipo de comunicaciones. Segunda ilegalidad.
La tercera ilegalidad del ministro está relacionada con la orden que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) emitió el 22 de septiembre respecto a los abusos de fuerza cometidos en las protestas, “en especial”, dijo la Corte, “por los ocurridos desde el 21 de noviembre de 2019 y días siguientes” cometidos por el ESMAD. La CSJ le exige al ministro salir ante los medios de comunicación y pedir perdón por estos sucesos. Lo que resolvió hacer Holmes Trujillo fue publicar un video desde la cuenta de Twitter del Ministerio de Defensa, hablando por encima respecto al tema y refiriéndose a cuestiones que nada tiene que ver con los lamentables hechos que llevaron al asesinato de Dylan Cruz. El video no tiene concordancia con la orden emitida por la CSJ, lo que puede ser tipificado bajo el artículo 454 del Código Penal: fraude a resolución judicial.
Carlos Holmes Trujillo no es apto ni digno para liderar el ministerio encargado de defender a los y las colombianas, con su gestión ha pasado por encima de las víctimas, violado la soberanía y el Estado de derecho de Colombia. Frente a un gobierno que adopta cada día acciones autoritarias para mantener un modelo neoliberal, hay que hacer un llamado a la unidad y a la acción para defender la democracia y los derechos, debemos apoyar la moción de censura propuesta por el senador Jorge Robledo del 13 de octubre y exigir la renuncia del ministro.
Por: Daniela Álvarez Gallo. Miembro de La Universidad más Pública y expresidente del Consejo Estudiantil Uniandino
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