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  • El Uniandino

Plantón en Bogotá por el clima


Activistas ambientales realizarán hoy a las tres de la tarde un plantón en el Parque Nacional. Con la jornada buscan reclamarle al gobierno colombiano lo que consideran son incumplimientos en la protección del medio ambiente y llamar la atención sobre la crisis climática. La fecha fue escogida por la organización internacional Fridays For Future, creada en el 2018 y liderada por jóvenes, y está enmarcada dentro del día internacional contra el Cambio Climático.


El Uniandino le cuenta los detalles.




“El plantón es muy importante porque la agenda climática no está en la agenda política del país. Colombia no ha cumplido con los Acuerdos de París y no ha concretado los Acuerdos de Paz, este gobierno los hizo trizas”, explica Sofía Gómez, miembro de Fridays For Future Colombia y de Pacto X El Clima, organizaciones sin ánimo de lucro. Por esta razón, el llamado que se hará con la manifestación es a “desenraizar el sistema”: “Lo que hacemos en Colombia es tomar esa temática y aterrizarla al contexto del país en puntos muy específicos”, dice Juan Pablo Sierra, miembro de Fridays For Future y Pacto X El Clima, y uno de los organizadores del plantón. Los puntos a los que se refiere Sierra giran alrededor de tres exigencias principales: el cumplimiento de la Reforma Rural Integral (que se enmarca dentro del cumplimiento de los Acuerdos de Paz), la prohibición del fracking y la ratificación del Acuerdo de Escazú.


Respecto al primer punto, Sierra señala: “El movimiento está convencido de que el cumplimiento de la Reforma Rural Integral puede ayudar a avanzar en la agenda climática del país. En Colombia hay un problema con el uso del suelo, que se relaciona con dinámicas como la ganadería. Todo esto lleva a problemas de acaparamiento, deforestación, cambios en el uso del suelo y gases de efecto invernadero”. En el marco de la cátedra “Repensar Nuestro Futuro”, el consultor para Naciones Unidas Juan Pablo Ruiz explicó que la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra generan el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y producen el 28% de la deforestación.


El fracking, por otro lado, es un tema controvertido. Para los ambientalistas es un no rotundo. Según Sierra, es necesaria “una transición energética justa, no se debe seguir invirtiendo en la extracción de hidrocarburos. La economía colombiana depende de esas actividades intensivas en carbono, no hay diversificación. Muchos países europeos están dejando este modelo y cuando tengamos que hacer lo mismo de un día para otro vamos a tener un problema económico muy grande”.


Sergio Cabrales, profesor del departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de los Andes y consultor de Climate Transition Risk (proyecto que estudia la viabilidad del fracking en Colombia), considera que el tema es más complejo como para apoyarlo o prohibirlo de manera rotunda. “Decir que no debe hacerse es relativamente facilista. El fracking tiene beneficios económicos en términos de programas sociales, empleo, educación… En los buenos años, la industria petrolera aportaba más del 20% de todos los ingresos de la nación”. Esos buenos años fueron el 2011, 2012 y 2013, en los que Ecopetrol reporta que aportó el 20%, 22% y 23%, respectivamente.


Sin embargo, Cabrales considera que aunque es necesaria una transición energética en el país, esta requiere de tiempo y de recursos para lograrse. “Nosotros tenemos que irnos hacia energías renovables: hidrógeno verde, eólica, solar, carros eléctricos… Pero, hay un problema: todo eso vale. El fracking no tiene que verse como el fin, sino como una oportunidad para financiar ese futuro renovable, mejorar la educación, la salud, el transporte e impulsar la competitividad del país”, dice. Respecto al impacto y riesgo ambiental, concuerda en que es grande, pero afirma que con los estudios, la regulación y los procesos correctos, esa posibilidad disminuye. “El fracking requiere de 4 millones de galones de agua, pero el 60% de esa cantidad puede reutilizarse. No hay estudios de que el proceso contamine acuíferos. Es posible, pero la posibilidad es casi nula”, afirma.


Para Catalina González Arango, profesora del departamento de Biología de la Universidad de los Andes, el fracking es un problema ambiental que supone un impacto negativo sobre los recursos hídricos del país, pero no cree que sea lo más peligroso ni urgente al compararlo con otras problemáticas ambientales. “En términos ambientales y sociales es mucho más grave la deforestación amazónica, la minería ilegal, el asesinato de líderes y la falta de garantías rurales y ambientales. No es que el fracking no haga daño, pero puede regularse. Los grandes sistemas hídricos ya están corriendo peligro por la contaminación y la minería ilegal y eso me parece más urgente”. La académica termina diciendo: “Yo no quiero fracking, pero no es el problema ambiental más grave de Colombia”, dice.


La ONG Global Witness, publicó el pasado 13 de septiembre un reporte en el que posiciona a Colombia por segundo año consecutivo como el país más peligroso para ser un líder ambiental, con 65 asesinatos de 227 en todo el mundo. Bajo este panorama, los activistas retoman con urgencia la ratificación del Acuerdo de Escazú, cuyo objetivo principal es la protección de estos líderes y la democratización y la justicia en temas ambientales. “Necesitamos una democracia que tenga mecanismos más robustos, para que en acuerdos ambientales se le dé un trato especial a las comunidades y puedan decidir sobre su territorio y su desarrollo sin que eso les cueste la vida”, afirma Sierra.


“Yo espero que Colombia le ponga el ojo a los asuntos ambientales, desde los ciudadanos hacia la clase dirigente. Buscamos generar conciencia para que una acción climática se logre. Los jóvenes debemos participar en política, utilizar nuestra voz y ser agentes de cambio, somos mayoría en el país y si podemos tener incidencia y participación en las calles por qué no hacerlo”, termina diciendo Gómez.


 

Por: Stephanie Vargas Rojas



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