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  • El Uniandino

Nadando entre pantallas

Actualizado: 13 ene 2021



El 12 de marzo del año pasado el país, así como el mundo, se paralizó. ¿Cómo practicar un deporte acuático en confinamiento? Dos deportistas nos cuentan sus experiencias en la virtualidad.


¿Va a morir la natación?

Aunque por la pandemia los deportes acuáticos tuvieron que detenerse, durante estos siete meses se ha trabajado en casa y no se ha perdido todo. Regresar a las piscinas es posible. Instituciones como la Federación Internacional de Natación (FINA) han realizado investigaciones en las que se afirma que las piscinas son seguras si se cumplen con procesos de bioseguridad antes de ingresar en ellas. Si una piscina cumple con los parámetros requeridos, el virus no prospera dentro del agua. En Colombia ya han empezado a abrir los escenarios en algunas ciudades de manera gradual. La natación no va a morir.

Información tomada de una entrevista virtual al presidente de la FECNA (Federación Colombiana de Natación).


Por ahora, mientras en Colombia apenas se empiezan a retomar las actividades de entrenamiento, en otras partes del mundo el deporte ya se ha reactivado por completo. En Budapest, la ISL (International Swimming League) ya ha empezado a realizar torneos desde el mes de octubre hasta noviembre. Los nadadores ya están entrenando y compitiendo con normalidad con el objetivo de estar listos para los Olímpicos de Tokyo 2021.


Cali

Corría la fría brisa de los farallones cuando Ana María Rojas, deportista de alto rendimiento perteneciente al equipo de nado sincronizado del Valle, leyó la noticia. El día anterior se enteró de que le habían cancelado el Icfes, pero quería ignorar la premonición que se había enfundado en su mente. Estaba sentada en el sofá de su casa aprovechando el día libre, cuando le llegó una notificación: Se suspende el uso de las piscinas olímpicas Hernando Botero O’byrne. Fue en ese momento cuando ella sintió que el tiempo se detuvo y tomó un pequeño suspiro. “Me puse súper asustada por la incertidumbre, pero también pensé que estaba bien, que me estaba previniendo de un posible contagio de COVID-19” comentó Rojas. Sus papás se sentaron a su lado y entre los tres concluyeron que, aunque difícil, era la mejor decisión para la salud de todos. “Creo que en general intentamos no estresarnos, buscamos tomarlo con tranquilidad, no servía de nada preocuparnos. Al final todo pasa de la forma en que tiene que pasar”.


Rojas, recién graduada de Aspaen Tacurí durante el mes de junio, aún en plena pandemia, tiene diecisiete años y no se ha decidido por una carrera en específico. Recibió una beca de la universidad autónoma durante el grado virtual, sin embargo, dice que prefería tomarse este tiempo antes de tomar cualquier tipo de decisión. Actualmente, está sacándole el mejor provecho a sus entrenos y contempla la posibilidad de estudiar por fuera del país.


Las primeras semanas de entrenamiento en tierra fueron para ella de emoción y curiosidad, siempre había practicado en el agua y se preguntaba cómo se pasaría todo a la virtualidad. No es fácil entender cómo un deporte que practicaba desde hace once años podría lograr hacer un cambio tan radical. “Empezaron dejándonos algunos videos, sobre todo ejercicios de técnica, fuerza, flexibilidad, marcación y también acondicionamiento físico. Sí, estuve bastante adolorida los primeros días, pero me gustaba practicar en la virtualidad, se sentía muy novedoso”. Más tarde empezarían también los entrenamientos de forma sincrónica, sin embargo, a pesar de la nueva carga para esta joven de 17 años, retarse a sí misma y mejorar como atleta fue siempre su mayor objetivo.


—¿Pero, no hubo algún momento que te haya costado en particular?


—Claro, el mes de mayo fue por ejemplo un mes difícil. El nado sincronizado es un deporte de equipo, y en esa época, sobre todo, a todas nos empezó a dar duro. Muchas dejaron de ir a los entrenos y ponían otras cosas por encima del deporte, entonces nos empezamos a separar. Cuando hacíamos sesiones grupales lo pensaba antes de unirme, porque como equipo nos sentíamos distantes, pero sabía que ante todo tenía un compromiso con ellas y conmigo misma.


Para este año Ana María y su equipo tenían grandes retos en mente, como ganar la competencia Interligas y representar a Colombia en los Juegos Panamericanos Junior que se iban a realizar en septiembre en la ciudad de Cali. No obstante, debido a la emergencia sanitaria, ninguno de los eventos se pudo realizar este año. Esto, sumado a las implicaciones que venían con el encierro y tener que hacer el entreno fuera del agua, fue lo que Ana María cree que debilitó más la unión entre todas.


Para Rojas, la separación gradual de su equipo ya era algo que la tenía preocupada, no obstante, la virtualidad también generó diferentes problemas que no esperaba, como la lesión en sus rodillas.


—Aparte de los entrenamientos diarios yo seguía practicando por mi cuenta, pero llegué a tal extremo que me terminé lastimando las rodillas. Estaba trotando un día en la mañana cuando empecé a sentir un dolor en ellas y después no me podía parar. Fue difícil, tuve que bajar el ritmo, pero lo bueno es que ya ha pasado suficiente tiempo desde mi lesión y pude volver a nadar de nuevo.


A partir del 22 de septiembre, los deportistas acuáticos fueron autorizados a volver a las piscinas olímpicas en la ciudad de Cali bajo estrictas medidas de bioseguridad, gracias a los procesos llevados a cabo por parte de la Alcaldía y la Secretaría de Recreación y Deporte. En consecuencia, en el caso de nado sincronizado como para la mayoría de los deportes acuáticos, se habilitaron horarios específicos para el uso de las piscinas, de 6am a 7 am o de 3pm a 4 pm. Las deportistas deben llegar cinco minutos antes para la toma de temperatura e ingresar con el pasaporte sanitario, después deben dejar sus bolsos en unas canastas señaladas en las piscinas y finalmente quitarse el tapabocas para entrar al agua de manera inmediata. “En cuanto a nosotras, debemos nadar cada una en un carril diferente. Hemos podido practicar sobre todo nado y marcaciones, sin embargo, debido a que estuvimos separadas tanto tiempo, nos tenemos que volver a sincronizar. Es algo extraño, si algo no anda bien en el equipo eso se ve reflejado en nuestra rutina, cada una puede dar lo mejor de sí, pero si no estamos conectadas en conjunto se ve raro”.


Actualmente, la Liga de Nado Sincronizado del Valle categoría Junior, de la que Ana hace parte, está practicando de lunes a sábado, una hora presencial y después entrenan de nuevo en la tarde de forma sincrónica. “Ha sido raro readaptarse a estar en el agua, pero me motiva saber que entre más practicamos juntas, más mejoramos. Además, amo hacer esto. Siento que no es solo un deporte, sino que combina el arte también. Se pueden expresar diferentes emociones, como en el patinaje artístico o la gimnasia. Ante todo, sé que tengo un compromiso con mi equipo y conmigo, estoy segura de que a medida que el tiempo pase vamos a estar mejor”.



Bogotá

Un día que parecía ser como cualquier otro, Juan Sebastián Guerrero, se enteró de que no volvería a entrar a la piscina. “Cuando llegó la pandemia todo se frenó, entonces entró esa gran presión de qué íbamos a hacer, al no poder regresar al agua” dijo Guerrero.

Juan Sebastián Guerrero es un nadador bogotano de alto rendimiento. Actualmente tiene quince años, y lleva ocho años nadando con el club Endurance Team de Bogotá. Guerrero aun estudia en el colegio y la natación de carreras es su vocación. Empezó a nadar por recomendaciones médicas ya que tenía problemas de sobrepeso, ahí conoció la natación y nació su pasión por este deporte.


Desde el primer día de cuarentena, Sebastián Guerra, entrenador de Juan Sebastián, planificó los entrenamientos y desarrolló nuevos trabajos para corregir las debilidades de cada deportista. Para Guerrero, los primeros días de entrenamiento virtual fueron duros, pero con el paso del tiempo, se fue acostumbrando a ellos. “Se sintió un poco triste el hecho de no poder entrar en nuestro ambiente que es el agua, igualmente yo estaba seguro de que mi club iba a llevar el mejor proceso, y que nosotros como deportistas debíamos tener una gran madurez para afrontar esta pandemia de la mejor manera”.


Aunque no se podía ir a la piscina, Guerrero afirma que los entrenamientos que realizaron durante las 33 semanas de confinamiento fueron fructíferos, ya que se trabajaron diferentes tipos de ejercicios. Los deportistas realizaban dos sesiones en un día. En unas se trabajaban partes específicas del cuerpo y con un caucho se realizaban ejercicios que simulaban los movimientos y el ambiente de la natación, estos eran complejos y les ayudaban a mantener a los nadadores la costumbre de los movimientos y mejorar su fuerza; en las otras sesiones se trabajaba resistencia, abdomen y flexibilidad.


La falta de agua no solo logró fortalecer a los deportistas en su rendimiento físico. “Se llevó a cabo un excelente entrenamiento que nos ayudó a fortalecer la parte mental y psicológica de cada uno de nosotros”. Sin embargo, hubo momentos en los que para Guerrero fue difícil asimilar todo lo que estaba pasando. “Hay partes en las uno dice, que triste porque me hace falta el agua, pero yo en especial pensé que si renunciaba en algún momento cuando volviera a nadar iba a ser peor, entonces eso era lo que me motivaba y me levantaba otra vez para seguir”.


— ¿Y qué ha pasado con las metas?

—Claro que para este año había metas, se empezó muy bien y se esperaban muy buenos resultados, pero, aunque parecía un año perdido no fue así porque se fortaleció la mente y otros trabajos técnicos.


En Bogotá solo un grupo pequeño de deportistas autorizados por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) han podido volver a entrar al agua desde el 12 de octubre. Guerrero está entrenando en Kona Training Club en una piscina contracorriente con su club Endurance. Según su entrenador, son los padres del deportista quienes pagan por el servicio de piscina, por lo cual Guerrero depende en este momento del apoyo económico de sus padres para poder nadar.


Ya que la gestión por parte de la Alcaldía para regresar a las piscinas ha sido mínima, los padres y deportistas han tenido que destinar dinero para ingresar a nadar en piscinas privadas. “Los deportistas que han logrado hacer unos pasos más es porque se han metido a la parte virtual y han desarrollado otra serie de cosas diferentes para poder afrontar un proceso deportivo de alto rendimiento, porque el apoyo total hacia el rendimiento no lo hay, a menos de que el deportista tenga un buen salario” comenta el entrenador. Lastimosamente, no todos los deportistas tienen la suerte de Guerrero, el poder retomar la práctica de su deporte supone pagar y tener cierta estabilidad económica para apoyar al deportista, situación que en Colombia no es posible para todas las personas que desean ser deportistas de alto rendimiento.


Respecto a las medidas tomadas por la Alcaldía, Guerrero piensa que pudieron haber sido un poco más eficaces a la hora de habilitar las piscinas. “Les faltó pensar en que otras ligas de otros departamentos ya empezaron y nosotros hasta ahora estamos empezando a ver cómo entramos”. Por ahora, Guerrero tiene la posibilidad de nadar cuatro sesiones en el agua, y espera encontrar su nombre en la lista de convocados del IDRD.


Aunque en otros departamentos como el Valle del Cauca haya más nadadores que retomaron sus entrenamientos en agua con anterioridad, Guerrero se siente preparado para afrontar cualquier reto. “No sé cómo lleven el proceso los del Valle, pero siento que se trabajó muy bien en este confinamiento y no me siento en desventaja”, dice con seguridad. Debido a que ha retomado algunas sesiones de entrenamiento en la piscina, él afirma que la preparación en casa sirvió. “Uno piensa que va a estar atrasado o no va a sentir la misma capacidad de entreno en el agua, pero como se hizo un trabajo tan bueno en el ambiente virtual me sentí muy bien, no esperaba que pudiera entrar tan bien”.

Puede ser difícil dejar las piscinas y esperar a que todo vuelva a la normalidad, pero es el amor por este deporte la razón por la que Guerrero no renuncia. “La natación es una forma de expresarme en el agua, de olvidarme de todo lo que está a mi alrededor y concentrarme en cómo salir adelante”.


En el mundo de los deportes nunca se gana ni se pierde del todo, ni siquiera en época de pandemia. Ana María Rojas y Juan Sebastián Guerrero son solo un ejemplo de los miles de deportistas que han tenido que adaptarse a la nueva normalidad. Aunque no ha sido fácil, esto ha sido la prueba de que con pasión y disciplina podrán superar cualquier reto que se les presente en el camino.

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Por: Tatiana Valentina Arias Contreras y María Paula Agudelo Carrasquilla


La versión original de esta nota se realizo para el curso Sala de redacción



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