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El Uniandino

La odisea de Danna Munevar: la primera uniandina en excavar tumbas en Egipto

La egiptología es la rama histórica, arqueológica, antropológica y sociológica que, como su nombre lo indica, estudia las sociedades complejas del antiguo Egipto. Por medio de métodos como la excavación de las necrópolis a lo largo del país, investigadores de todo el mundo han logrado desempolvar grandes misterios de la humanidad. Analizando restos óseos, artefactos, estructuras y escrituras, la egiptología ha podido identificar las características en las que vivían las sociedades circundantes al Nilo hace miles de años y así poder aportar al presente las formas en las que el ser humano ha enfrentado los retos de su existencia.


En la ciudad de Luxor al sur de Egipto existen muchos proyectos de excavación que se han encargado de analizar y recuperar los restos arqueológicos para el Ministerio de Cultura egipcio. Uno de estos proyectos es la excavación de la tumba del Visir Amenhotep Huy: la mano derecha del faraón Amenhotep III de la dinastía XVIII. Este proyecto de investigación está en manos del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto: una institución académica y práctica fundada por los egiptólogos de renombre Teresa Bedman y Martín-Valentín a finales de los 90s. Con sede en España, el instituto se ha encargado de estudiar las maravillas de este mundo antiguo y ha realizado dos expediciones arqueológicas en terreno.



Para la excavación que se adelantará este año, una uniandina, por primera vez en la historia de la universidad, hará parte de una excavación egiptológica de esta envergadura. Danna Munévar, egresada reciente de Antropología en Los Andes, estará encargada de analizar los restos óseos de los sarcófagos que se encuentran en la tumba del visir. Ella, junto con un equipo de habla hispana, seguirán desenterrando los misterios que trae la profundidad del suelo egipcio.


De la pantalla a las orillas del Nilo


Desde que era muy pequeña, Danna Munévar tenía un profundo interés por la antropología y el mundo antiguo. A sus ojos, Egipto siempre resultó deslumbrante. “Mi primer acercamiento con el antiguo Egipto fue cuando vi la película de La Momia [...] quedé fascinada por lo que era una tumba, un templo, un papiro... Empecé a buscar por mi cuenta y me fui interesando más por el tema”.

Al graduarse del colegio, Munévar decidió ir a Inglaterra a estudiar inglés. En aquel viaje tuvo la oportunidad de hacer un tour en la ciudad de Luxor, en Egipto. Después de hablar con el guía turístico de aquel tour, quien era un arqueólogo y antropólogo de profesión, Munévar encontró la inspiración para comenzar a buscar planes de estudio y programas en estas áreas. En el año 2014 Munévar inicia Antropología en la Universidad de los Andes.

Desde el comienzo decidió irse por la línea arqueológica de análisis óseo. Este año, Munévar se graduó del programa de Antropología, y desde que terminó su último semestre a finales del 2020 empezó a buscar oportunidades laborales tanto a nivel nacional como en el exterior. Durante esa búsqueda se topó con una convocatoria sobre una excavación en Egipto, a la cual no dudó en presentarse.

“Danna tenía la experiencia académica y práctica necesaria. Nos gustó su condición humana, su sencillez, su humildad y las ganas que tenía de aportar, y sobre todo, de aprender”.

Fue en diciembre de 2020 cuando el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto publicó la convocatoria para hacer parte de la excavación de la tumba del visir vía Instagram. La publicación decía que buscaban antropólogos, egiptólogos, arqueólogos, historiadores, geógrafos y restauradores. Munevar envió un correo con su hoja de vida. Dos semanas después, Bedman le respondió notificándole que había sido seleccionada para hacer parte de la excavación. “Danna tenía la experiencia académica y práctica necesaria. Nos gustó su condición humana, su sencillez, su humildad y las ganas que tenía de aportar, y sobre todo, de aprender”, dice Bedman.


Dos meses después de haber enviado la hoja de vida, el pasaporte, y otros papeles, Bedman volvió a contactar a Munévar. De 4.900 aspirantes hispanohablantes este año, únicamente fueron seleccionadas 12 personas. Entre los seleccionados había dos colombianas, un mexicano, y un brasilero, mostrando así una gran presencia latina en el grupo.


La financiación de su viaje es un asunto que aún está por resolverse. A quienes participan en el proyecto, el instituto les subsidia transporte, elementos de trabajo para realizar el análisis del perfil biológico, y el hospedaje —hay casas exclusivas del instituto en el lugar de la misión. Pero, los tiquetes, la alimentación y los gastos personales van por cuenta de Munévar. Luego de las prácticas en la universidad, la excavación será su primer trabajo y, por el momento, su fuente de financiación son sus padres.


Descubriendo historia


El Instituto de Estudios del Antiguo Egipto trabaja la mayor parte del año en proyectos de investigación, cursos y cátedras, y, de septiembre a diciembre realizan proyectos de excavación en terreno. La financiación de este proyecto viene del gasto público español. “Este es un servicio que se le presta a la sociedad civil y por lo tanto es la sociedad quien debe financiarlo”, dijo Valentín, director del instituto. Simultáneamente, a medida que se van dando resultados en la excavación, más entidades privadas se interesan en el proyecto e invierten en él —inversión que se puede dar en dinero o, cómo ocurre la mayoría de las veces, en materiales.


Muchas de las excavaciones se realizan en zonas exploradas previamente. Sin embargo, el caso de la tumba del visir de Amenhotep III es inusual. En el siglo XX, el área en donde se encuentra la tumba estaba ocupada por Estados Unidos. “Curiosamente, la zona que nosotros solicitamos para excavar, nadie la había tocado antes [...] Podemos decir que somos una misión arqueológica privilegiada porque, para dar una idea, hoy en Egipto las excavaciones que han comenzado desde ceros se pueden contar con los dedos de la mano”, comenta Bedman.


La información que se puede extraer del análisis de los restos que el instituto ha venido recolectando en los últimos años, va desde la segunda mitad del siglo XIV a.c hasta el siglo II d.c. Pero sobre todo, provee mucha información acerca de los enterramientos desde el final de la dinastía XVIII hasta la época romana. En lo que va del proyecto se encontraron dos tumbas intactas y once nuevas tumbas que son objeto de investigación y excavación.


El proyecto está dividido en dos partes: una es excavar, y la otra consiste en la restauración de sarcófagos, amuletos, entre otros. En este momento, dentro de la tumba del visir se está restaurando toda la estructura (que es de casi 1000 metros cuadrados y tiene de seis a ocho metros de profundidad) y dejando más de 12.000 fragmentos de relieve en su sitio original.

El equipo está conformado por un grupo fijo de egiptólogos, historiadores, antropólogos y arqueólogos, y un grupo rotativo de jóvenes (del que Munévar hará parte) que tendrán su primera experiencia egiptológica. Cada año hacen convocatorias para recibir nuevos integrantes. En este momento, son casi 40 técnicos hispanohablantes, de los que solo diez se encargan de excavar y el resto a restaurar. Munévar estará encargada, junto con dos antropólogas, de analizar los restos óseos de más de 400 ejemplares.

Al equipo lo acompaña mano de obra egipcia que varía dependiendo de la necesidad de cada año. El trabajo que realiza este equipo en Egipto es arduo. “Estás con un clima durísimo. Nos levantamos muy temprano y a las 6:30 ya estamos excavando para evitar calor y aprovechar la luz solar. A las 5 pm ya es de noche”, comenta Bedman.



Egiptología: disciplina eclipsada en Colombia y Latinoamérica


Llegar a ser convocada para la excavación es un gran logro para Munévar, y para el cual tuvo que superar varios retos incluso desde que era estudiante. No es común encontrar cursos de egiptología en las universidades latinoamericanas. En Colombia, el estudio de la antropología está basado en el sistema americano donde los estudiantes tienen un intenso aprendizaje teórico que les permite especializarse en lo que deseen: antropología social, lingüística, biológica y arqueológica. Al final, todos se gradúan con el título de antropólogo.


“En la universidad nunca me dieron una clase de egiptología [...]. Quizás para Colombia, este tipo de ciencia no tiene relevancia”.

Por esta razón, es difícil que desde el pregrado los estudiantes puedan enfocarse en el área de la egiptología a pesar de que algunos como Munévar expresan que esta área ha sido muy influyente para su interés vocacional. “En la universidad nunca me dieron una clase de egiptología [...]. Quizás para Colombia, este tipo de ciencia no tiene relevancia”, comenta Munévar.


Lucero Aristizabal, quien es la coordinadora del grupo de la unidad de Arqueología Preventiva y de Rescate de Los Andes, comenta que en la universidad y en los programas que conoce de América Latina no existe una carrera en egiptología o un programa en arqueología que haga énfasis en sociedades no latinoamericanas. Una de las razones es que las sociedades prehispánicas complejas tenían estructuras mayoritariamente de superficie. Las herramientas que se dan para estudiar en nuestro contexto no son aplicables a la metodología necesaria en la egiptología.


En el ámbito teórico, cualquier antropólogo de Colombia y la región puede enfocarse en la arqueología y llegar a enfocar su vida profesional en aristas como la de la egiptología. De hecho, según Valentín y Bedman, todas las colombianas que han participado en el proyecto del visir han sido formadas para hacer intervenciones arqueológicas bajo control.


En el ámbito práctico, es más complejo de lo que parece hacer parte del tipo de actividades a las que Munévar logró vincularse, opina Aristizabal. Además de las limitantes metodológicas que trae la arqueología prehispánica versus la egiptológica, en el país existe un gran énfasis en disciplinas como la arqueología preventiva y de rescate -a la que Aristizabal se dedica. Su fin es poder recuperar y proteger los restos arqueológicos que se encuentren en zonas donde se adelante una construcción. Por ejemplo, el centro que dirige Aristizabal tiene proyectos y consultorías masivas en Bogotá, Cartagena, Montería y muchas regiones del país. Sin embargo, este enfoque se encuentra muy lejos de las tumbas en Egipto.


Aún así, en Colombia se empezaron a forjar algunos pequeños vínculos con la egiptología por medio de Paola Sanabria, la primera colombiana en ingresar al grupo de excavación del visir hace seis años. Luego, llega al proyecto Diana Carvajal profesora de la Universidad Externado de Colombia. Juntas empiezan a realizar jornadas de egiptología con mucho éxito. A partir de entonces, muchos estudiantes del Externado y otras universidades del país se han aventurado a participar en este proyecto.


Arqueología en el Externado nace hace más de 10 años en la facultad de Estudios del Patrimonio Cultural. Los estudiantes allí tienen una formación teórica de seis semestres en lo social, filosófico, antropológico, entre otras disciplinas. No es solo “coger una brocha y ya” comenta Carvajal. “En el Externado existen amplios espacios de discusión interdisciplinarios en los que el antiguo Egipto se utiliza para analizar el presente. Su análisis nos permite hablar de evolución, de dietas, de sistemas políticos, de pandemia, de género, etc.” dice Carvajal.


Por el lado español, Bedman comenta que con la pandemia han surgido las primeras jornadas de egiptología en Medellín de manera virtual. En este proyecto participarán universidades como el Externado y la Universidad Pontificia Bolivariana, y se encuentran a la espera de la confirmación de otras universidades. “Va a ser un gran evento con varios egiptólogos del 15 al 17 de octubre. Se va a transmitir desde Luxor y se conectará con España, México, Argentina y Colombia”.


Pero, aún con estos avances, la egiptología es una disciplina que en Colombia pareciera todavía enterrada. Munévar comenta que en el país tan solo hay cuatro egiptólogos. Y de manera similar, Aristizabal resaltó que solo hay cuatro arqueólogos de profesión en el equipo de planta del Departamento de Antropología.

Bedman y Valentín, consideran que la disciplina antropológica y egiptológica le puede aportar a nuestra sociedad actual para poder entender el presente mismo. “Somos profesionales que están buscando en la historia de la humanidad información para que la sociedad actual pueda referenciarse con el pasado y avanzar”, dice Valentín.


“Hay muchas cosas que hacer por fuera, pero hay mucho más que hacer en nuestro territorio. Tenemos una gran ausencia de construcción de identidad. La arqueología es una manera de hacer historia, es una forma de hacer país”.

Para Aristizabal, “hay muchas cosas que hacer por fuera, pero hay mucho más que hacer en nuestro territorio. Tenemos una gran ausencia de construcción de identidad. La arqueología es una manera de hacer historia, es una forma de hacer país”.


“Me parecería súper chévere que desde Colombia se hicieran grupos de excavaciones egiptológicas. Ojalá podamos hacer algo para mostrarle al mundo que desde Latinoamérica también hacemos ciencia... Que también pueden existir proyectos igual de valiosos a los que hace un europeo”, comentó Munévar mientras hablaba de su sueño de ser una egiptóloga pionera en nuestro país.


 

Por: Maria Paula Agudelo y Juan Manuel Guerrero


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