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  • El Uniandino

"Esa plata que sale de usuarios de vehículos [...] debe ir al sistema de transporte [público]"

¡Se acercan las elecciones para elegir al próximo alcalde de Bogotá! En El Uniandino creemos que la información y el debate son condiciones esenciales para el ejercicio democrático. Por eso hicimos un especial en el cual entrevistamos a varios de los candidatos (sí, todos son hombres) para saber cómo piensan y qué planes tienen para la capital.

 

Dice el refrán que la tercera suele ser la vencida, y para Carlos Fernando Galán este podría ser el caso. Las más recientes encuestas de Guarumo y Gad3 Colombia (para RCN) ponen como favorito al menor de los hijos de Luis Carlos Galán Sarmiento, quien aspira por tercera vez a ocupar la silla del Palacio Liévano. Galán es egresado de la universidad de Georgetown. A sus 46 años, este bogotano ha sido concejal, secretario de transparencia de la Presidencia de la República —durante el gobierno Santos—, y senador de la república (en representación de Cambio Radical, partido del que fue su director nacional).


Galán citó a El Uniandino en una cafetería al norte de la ciudad justo antes de empezar a volantear. Hablamos con él sobre sus principales propuestas en materia de seguridad, movilidad, y sus perspectivas sobre esta campaña y los demás candidatos.


David Roncancio: Me gustaría preguntarle sobre el tema de la financiación ¿cómo ha sido la financiación de esta campaña? ¿cómo se ha manejado?


Carlos Fernando Galán: Bueno, con empresarios que nos han querido ayudar, también con recursos propios que hemos puesto. Digamos, en la campaña el estartazo inicial fue con recursos propios, pero ya han empezado a llegar empresarios con todas las normas y todo registrado debidamente. Nosotros tenemos la meta de ser muy oportunos y rápidos a la hora de registrar todos los movimientos de la campaña.


D.R.: Algo que me llama la atención es que muchas veces ustedes muestran lo positivo de las campañas. Me gustaría preguntarle también ¿qué ha sido lo malo?


C.F.G.: Lo malo: no poder ver a los hijos todas las veces que uno quisiera, y verlos poquito. Lo peor para mí es eso. A veces la agenda se nos alarga demasiado y entonces uno no alcanza a dormir tanto. Mi grupo de campaña no me deja dormir tanto porque me ponen cosas hasta tarde y después muy temprano. Es duro porque estar cansado afecta el desempeño. También, y yo entiendo que la política funciona así, pero la gente que lo insulta a uno. Pero pues yo respeto, y nunca voy a reaccionar mal frente a ello. Pero eso lo golpea a uno también.


D.R.: Pero a grandes rasgos ¿cómo ha sentido entonces el trato de la gente?


CFG: Yo le digo una cosa, esta vez la gente está muy escéptica en general, la gente está golpeada por lo que ha pasado en el país, por promesas de candidatos, por el estallido, por la pandemia, por la situación económica, por 1000 cosas. La gente en este momento está siendo un poquito menos abierta al proceso electoral. Pero yo siento que, en el caso mío, y por lo que pasó hace 4 años, al compararlo a estas alturas, pues estamos mejor que hace 4 años. Así lo siento yo en la calle frente a lo que estábamos. Eso nos da mucho entusiasmo porque creemos que podemos lograrlo.


D.R.: Otra vez candidato, otra vez otra contienda ¿Por qué?


C.F.G.: Porque yo quiero ser alcalde de Bogotá. Creo que la alcaldía puede ayudar muchísimo en cambiar cosas en esta ciudad. Pues claro, si se hace bien, si se construyen consensos. Por eso vengo insistiendo: me he preparado. Yo creo que también le sirve a uno ver si se ha caído, haber fallado, para echar pa’lante. Eso ayuda mucho a tomar decisiones acertadas.


D.R.: La ciudad tiene muchos problemas, quiero empezar con el que es más notorio en Bogotá: la movilidad ¿Qué le hace falta a Bogotá en términos de movilidad?


CFG: Pues mucho, pero será arrancar por un tema que no mencionan de pronto muchos al arranque de esa respuesta: construir consensos para avanzar. Eso nos ha hecho falta y por eso tenemos los problemas que tenemos principalmente.


D.R.: ¿Se compromete usted como alcalde a tapar todos los huecos de esta ciudad?


CFG: Sin lugar a dudas, eso es un objetivo, pero tenemos retos más allá de los huecos. Vengo de hacer un recorrido con personas con discapacidad, y la inmensa mayoría de andenes de esta ciudad no cumplen con lo mínimo para que una persona en silla de ruedas pueda andar de una esquina a la otra, o pueda bajarse del andén a la calle y pasarla. Los retos no son solamente para los carros en las vías. Claro que vamos a diseñar una política que sea más eficiente en tapar huecos en vías principales, corredores de movilidad y que se haga bien. Pero entendemos que también tenemos unos retos más allá de eso. En esta ciudad la gente no puede caminar.

D.R.: Usted había mencionado algo que es bastante curioso y era el tema de estabilizar la tarifa de Transmilenio. Nos gustaría saber ¿cómo se va a hacer?


C.F.G.: Pues mira, yo presenté un proyecto de acuerdo que fue aprobado en el Concejo que plantea una política pública para que Bogotá revise la forma cómo se paga el sistema de transporte público. Hay países que han avanzado ya y tienen muchas más herramientas financieras en lo que se llama tarifa cero. Eso es algo que yo creo que Bogotá tiene que tener como meta, pero no lo va a lograr en el corto plazo.


Sí podemos diseñar herramientas que nos permitan recoger recursos que van a ayudar a estabilizar la tarifa de Transmilenio ¿A qué me refiero con eso? Por ejemplo, Bogotá hace 3-4 años no tenía lo que se lo se recauda hoy por el pico y placa solidario. Según las informaciones que me transmitieron, alrededor de 400,000 millones de pesos al año se van a recaudar. Esa plata que sale de usuarios de vehículos, tráfico mixto que paga para poder transitar, debe ir al sistema de transporte para mejorar la calidad y para no tener que subir la tarifa de la forma como se sube en los últimos años. El primer paso para a esa meta de largo plazo —que es la tarifa cero— es que la tarifa no siga subiendo. Creo que podemos buscar recursos adicionales como ese que le digo del pico y placa solidario para estabilizar la tarifa.

D.R.: ¿Usted está de acuerdo con la ALO? Hemos visto que hay comentarios sobre el tema de la reserva Van Der Hammen.


C.F.G.: Sí, la ALO va hasta la 13 y después de la 13 a la 80. Había una discusión alrededor de los humedales que están ubicados al norte y ya nos corresponderá a nosotros avanzar en este proyecto. El POT actual vigente, que es el decreto de Claudia López, impide hacer la ALO en el norte como estaba contemplada. La ALO norte está pensada con una menor envergadura a la que se pensaba inicialmente. Se redujeron los carriles que en un principio se contemplaban. Creo que queda de dos carriles por sentido, es decir, solamente cuatro carriles.


Hoy, cómo está el POT, yo creo que la discusión sobre si eso vale la pena revisarlo o no, tendría que hacerse con una revisión regional, que ponga siempre el componente ambiental por encima de cualquier cosa —es decir que solamente se puede abrir una discusión de esas si se logra que se garantice desde la ingeniería poner al medio ambiente por encima del tema estructural de la vía. En el caso de la ALO norte, hoy no se puede y yo solamente estaría dispuesto a abrir la discusión para hablar del tema en una discusión regional que tenga el componente ambiental.


D.R.: ¿Cómo se moviliza usted?


C.F.G.: Pues mire, yo me movilizo, la verdad, en carro: la mayoría del tiempo en carro propio. A veces uso el sistema de transporte cuando es más rápido. Por ejemplo, ayer nos fuimos de nuestra sede que queda en Teusaquillo hasta Villas de Granada.


D.R.: ¿Lo reconocen mucho?


C.F.G.: Sí, progresivamente. En campaña, ahorita, está aumentando mucho el reconocimiento. A veces camino y a veces monto en bicicleta también, pero debo decir que mayoritariamente en carro y tengo que cambiar eso.


D.R.: Algo que también ha pasado en esta ciudad es que la percepción de inseguridad dentro de los ciudadanos ha aumentado ¿A qué cree que se debe? ¿qué se puede hacer para eso?


C.F.G.: Es una realidad, para mí no es un tema de percepción. Los hurtos a personas, particularmente en último año, aumentaron creo que cerca del 30% según las cifras oficiales. Los hurtos a residencias en un 32%. Hay una problemática permanente y la gente sabe dónde roban.


Esos robos de bicicletas y celulares, para mí, son parte de una dinámica. El personaje en la calle se lo roba y ya sabe que por ese celular le dan “tanta plata, en tal sitio”. Él ya sabe más o menos cuánto le pagan por una autoparte.


Esto es de un mercado ilegal de celulares robados, entonces, si nosotros estamos atacando solamente al actor delincuencial en la calle que se roba el celular, lo capturamos, y no actuamos frente a esa cadena, que compra el celular robado y que lo comercializa, no estamos haciendo mucho. La apuesta mía es trabajar desde una perspectiva mucho más amplia, cambiando el enfoque, para desarticular bandas criminales. Se deben capturar a todos e ir detrás de las rentas ilegales que genera el mercado.

D.R.: Da la impresión de que la ciudadanía sabe dónde están esos mercados.


C.F.G.: Todo el mundo sabe. Usted va al Rincón en Suba y le dicen: “allá en estos dos edificios, ahí están”. Usted va al centro en Mártires y le dicen “en tal sitio hay”. Básicamente es una problemática de no enfocarse en cómo desarticular a la banda completa. Si usted hace seguimiento al ladrón de celular que se lo lleva a un sitio, y de ahí se lo llevan a otro lado, y hace inteligencia e investigación criminal a toda la cadena, usted va a poder caerle a ese centro de acopio. Eso es un cambio de enfoque. Eso lo que hay que hacer.


D.R.: ¿Qué opina de las reformas a la justicia?


C.F.G.: No estoy de acuerdo con reformas que vayan en detrimento de sanciones efectivas. Tampoco estoy de acuerdo con reformas que tengan que ver con crear una policía local. Eso que plantea la alcaldesa, no estoy de acuerdo con eso. Estoy de acuerdo con que hagamos un cambio de enfoque en la forma cómo investigamos la criminalidad y como la enfrentamos y la sancionamos.


D.R.: En relación con el enfoque, desde 2021, la Defensoría del Pueblo ha denunciado la presencia de grupos armados al margen de la ley. Parece que es una bomba que ya explotó o que está a punto de explotar.


C.F.G.: Es una alerta que nosotros hemos en cierta forma visibilizado. Mira las cifras de homicidios en Bogotá. Estamos llegando casi al 50% de homicidios que son producto de sicariato, lo cual indica que no es un tema de convivencia o de riñas: es un tema de bandas delincuenciales que están operando en Bogotá y que se están enfrentando. Son ajustes de cuentas y es competencia por territorios.


Esas organizaciones, como “el clan del Golfo”, “el tren de Aragua”, “los maracuchos” y las disidencias de las FARC, controlan los mercados ilegales. Controlan territorios en cierta forma porque controlan dónde pueden operar ciertos actores. Eso requiere de un enfoque de investigación criminal y de identificar con inteligencia cuáles son los actores y como enfrentarlos.


D.R.: En campaña siempre se habla de las políticas que puedan ser populares para los electores, pero claramente en la administración pública va a tener que tomar medidas impopulares ¿Cuáles considera usted que van a ser impopular pero que son necesarias?


C.F.G.: Le voy a mencionar dos a falta de una. Yo creo que mantener el pico y placa. Sí hay mucha gente que pide que eliminemos esa medida, pero me parece que es irresponsable decir que se puede eliminar cuando tenemos un problema de movilidad, unas obras en curso muy complejas y más obras que vienen. Eso todavía no lo podemos eliminar y lo vamos a mantener. Podemos modificarlo, pero no eliminarlo.


Usted mencionó el tema de la tarifa cero: la meta nuestra es conseguir recursos para poder estabilizar la tarifa, pero mientras, seguramente habrá que aumentar la tarifa del sistema de transporte. Vamos a ver cómo logramos hacerlo para que no afecte tan gravemente a la ciudadanía, pero es un proceso gradual para estabilizarla y después bajarla. Yo contemplaría esa decisión si es responsable en términos de poder garantizar que el sistema siga operando.


D.R.: Le propongo una actividad, haga de cuenta que usted ya ganó la alcaldía y que a usted y le dicen que puede conformar su equipo de trabajo con sus contrincantes ¿Cómo lo haría?


C.F.G.: Lo voy a decepcionar en esa respuesta. No quiero asumir el rol de decir “venga usted sea mi secretario de tal”. Me parece que hay que respetar también la aspiración que ellos tienen de competir y ganar. Pero le destaco cosas de cada uno: me parece que Juan Daniel Oviedo tiene una capacidad para estudiar los problemas e identificar, a partir de la vivencia, que está sucediendo en los temas y con base en eso tomar decisiones más responsables. Eso es importante en un líder.


De Gustavo Bolívar destacó su creatividad. Me parece un tipo creativo y así como es creativo para unas cosas puede ser creativo para solucionar problemas. Tengo obviamente diferencias profundas con él en muchos aspectos.


De Molano destacó que es un tipo disciplinado. Se le nota la disciplina en términos de conocer y de estudiar. También tengo diferencias, obviamente. De Vargas, destaco el servicio que le prestó al país en algunos frentes. Él capturó a Otoniel que está ahorita condenado en Estados Unidos —un delincuente de la peor índole para nuestro país. Hay unas críticas, obviamente, a la labor que cumplieron ellos dos durante el estallido social, pero destacó esas otras cosas.


A Rodrigo Lara lo conozco desde hace mucho tiempo, y digamos que es un tipo inteligente. Cuando se lo propone da ideas interesantes, creo yo. Ojalá se proponga dedicarse a dar ideas más que a otras cosas.


D.R.: ¿Qué otras cosas?


C.F.G.: Pues en hacer una campaña negativa. Básicamente se dedica a criticar a los demás, digámoslo así. Me parece que eso no le aporta mucho al debate de la ciudad.


D.R.: ¿Usted cree que la ciudad se maneja como una empresa?


C.F.G.: No, yo creo que hay componentes, en el gobierno, importantes de eficiencia en muchos frentes. Pero una ciudad tiene unas situaciones que son mucho más complejas en términos sociales y políticos que requieren de un criterio que va mucho más allá de lo gerencial. Simplemente entender cómo nos ponemos de acuerdo, y como sociedad cómo respetamos a las minorías —cómo garantizamos los derechos de las minorías. Eso va mucho más allá de un tema empresarial.


D.R.: A usted lo han acusado los demás candidatos de que usted es el candidato de Claudia López, de que es el de Robledo o el de Vargas lleras. ¿Qué opinión le genera esto?


C.F.G.: Pues primero, yo entiendo que los candidatos están compitiendo y están buscando cómo atacar a los candidatos que van de primero —eso es normal—, pero lo hacen con mentiras. Yo reconozco aciertos de Claudia López, como el sistema distrital de cuidado en jóvenes y salud, pero también critiqué el tema de la seguridad —y digo claro que es un fracaso su política de seguridad. Creo que eso no me hace a mí el candidato de Claudia López. Ahora que haya gente que votó por Claudia López y que quiere votar por nosotros, que aspiramos a ganar y a ganar con una mayoría. Ahí habrá gente que admira a Claudia López, o que admira a Peñalosa, que admira a Petro, hay de todo.


D.R.: Usted comentó algo sobre un grupo asesor de alcaldes ¿Si considera que esto es realmente viable? ¿o sea, realmente dejar los egos atrás y sentarse en torno a la ciudad?


C.F.G.: Pues mire, la idea no es ponernos de acuerdo —eso no va a pasar—, pero la idea sí es tener la capacidad como alcalde de escuchar a quienes han estado en ese cargo, y a partir de los aciertos y de también los errores —que de pronto ellos no reconocerán— discutir sobre esas situaciones que tenemos hoy, por cuenta de decisiones del pasado. No se trata de que tomen decisiones en ese grupo asesor, tampoco se trata de que se pongan de acuerdo, sino simplemente que podamos escuchar la experiencia y conocimiento que tienen y aprender también de lo que hicieron, para bien o para mal.


D.R.: Considerando el legado que tiene la ciudad ¿El pasado influiría mucho en su alcaldía?


C.F.G.: Uy es que esa pregunta es un poco abierta, hay legados que influyen: legados positivos y negativos; cosas que están bien en la ciudad gracias a lo que han hecho alcaldes del pasado. Pero también cosas que están muy mal.


Yo sí creo que influirá. Obviamente en mi alcaldía somos conscientes de que tenemos cosas que funcionan en Bogotá, y hay que profundizarlas, pero también corregiremos. Será la población la que reconozca los legados positivos y aciertos de un exalcalde. Eso sí, seremos una alcaldía que tenga la capacidad de reconocer errores y corregirlos.


D.R.: ¿Qué pasará con la ETB?


C.F.G.: Pues mire, para mí la ETB debe ser una especie de brazo tecnológico que aprovechemos en Bogotá para muchas cosas, como el acceso a internet. Hoy tenemos muchas dificultades en Bogotá: hay localidades que tienen menos del 85% de acceso a internet. Creo que es una herramienta muy poderosa en el tema de la educación, el acceso a la información y a la tecnología.


Hay colegios distritales que todavía tienen dificultades en el acceso a internet y yo quiero volverla un brazo para eso. Petro hizo una inversión grande en fibra óptica en Bogotá y eso no se aprovechó. Yo quiero trabajar en seguir avanzando en ese sentido.

D.R.: ¿Qué hace usted en sus ratos libres en cuanto a planes de cultura, entrenamiento y ocio?


C.F.G.: Personalmente, cuando puedo, ir a cine. Cuando uno tiene niños, el grueso del ocio es ir a actividades de los niños como ir a parques. Pero cuando uno puede irse a un concierto también. El teatro también me gusta.


D.R.: Últimamente se ha generado bastante debate frente al uso que se le da al estadio El Campin. Me gustaría preguntarle: ¿El estadio para el fútbol? ¿para conciertos? ¿para los dos?


C.F.G.: Pues mira hace poco se aprobó la licitación para el nuevo campo. Y la información que yo tengo de ese proyecto es que ya no se va a tener esa discusión. Entiendo que el proyecto tiene techo, y ese techo protege de cierta forma la grama para garantizar que se puedan hacer diferentes actividades. Entonces, el estadio con esa tecnología puede ser para ambos: actividades culturales y deportivas.


D.R.: ¿Qué construiría en Bogotá y que destruiría?


C.F.G.: Es un poco absurdo, pero yo destruiría todas las ollas que hay en Bogotá y los establecimientos donde se dedican a vender droga, obviamente. Hay un edificio que no se si ya está terminado o por terminar, y si se puede echar para atrás, pero el museo de la memoria histórica que queda ubicado por la 26. Eso quedó a medio camino y es horrible como está. O lo terminamos o le hacemos algo, porque es muy feo y parece una cicatriz en la ciudad por ese diseño.


Pero hablando más en serio, aquellas zonas donde operan actividades ilegales y que todo el mundo sabe, deberían ser sujetas de expropiación y destruidas para generar espacio público y mejorar el entorno.


¿Qué construiríamos? Tendré la responsabilidad de vigilar la construcción del metro y de terminar algunas vías adicionales, como por ejemplo la avenida de los cerros, que es la circunvalar que llega hasta la salida a Villavicencio. Ya existe en una parte, pero hay que ampliarla y mejorarla y conectarla.


Yo quiero construir eso y quiero construir más colegios en Bogotá, que sirvan también para formación técnica y tecnológica en otros horarios. Quiero que en Bogotá haya más infraestructura de salud, mucho mejor distribuida, pues el 78% de esta infraestructura está ubicada en el nororiente de la ciudad.


D.R.: ¿Como es su relación con el presidente?


C.F.G.: Yo a Petro no lo veo hace mucho tiempo. Tal vez la última vez que lo vi fue en algún debate presidencial, cuando yo acompañé a Fajardo. Quizás esa fue la última vez que lo vi. En el pasado tuve una relación respetuosa y cordial con el presidente Petro cuando era senador. Cuando fue candidato a la alcaldía, yo lo enfrenté como candidato. Estuve en muchos debates con él. Al final de su campaña, cuando Petro fue elegido, me invitó a ser parte de su gobierno, pero yo ya estaba trabajando con el gobierno nacional en ese momento, y pues no fui.


Tengo diferencias con él, pero tendré la capacidad de dialogar como alcalde de Bogotá con su gobierno, pensando siempre en cómo resolvemos los problemas de Bogotá, porque soy consciente de que el gobierno nacional cumple un rol muy importante en muchos de los frentes.


 

Por David Roncancio

Fotografía de Camilo Vargas

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