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  • El Uniandino

El historial de Eduardo Behrentz


Para seguir nuestra serie de perfiles a los candidatos a la rectoría puede buscar #Rectoría2022 en las publicaciones de El Uniandino.


Nota del editor: como parte del cubrimiento que hizo el periódico de la elección para la rectoría de la universidad, decidimos perfilar a los tres candidatos que fueron postulados por el Comité Nominador. A la luz de los hallazgos que encontramos, en el proceso de reportería para hacer el perfil de Eduardo Behrentz, optamos por realizar un reportaje que diera cuenta de lo que aquí presentamos.


 

En el LinkedIn de Eduardo Behrentz hay dos fotos en primer plano de su rostro, una de portada y otra de perfil. En su página web, eduardobehrentz.com, también se lo puede ver con frecuencia como cubierta de sus propias columnas y de las entrevistas que le han hecho: cruza los brazos, cierra las manos sobre las rodillas, mira a lo lejos con aire concentrado y solemne.


Es un hombre mediático que se toma en serio a sí mismo. Fue columnista en Revista Semana y en El Tiempo, aparece cada tanto en noticieros nacionales y en la radio, siempre retratado como el encargado de resolver, de explicar, de gestionar, el encargado de los resultados.


Eduardo Behrentz es su propia marca, y la ha construido con su rol como experto académico, pero también asociando su nombre al de la Universidad de los Andes.


“Aquí un paso más cerca del sueño de servir a la universidad y a su comunidad académica desde su más alta dignidad”, publicaba hace una semana en sus redes sociales cuando se supo quiénes eran los tres candidatos a la rectoría de Los Andes. Esta tampoco es la primera vez que busca el puesto, y seguramente no será la última si es que no lo consigue. Hace 2 años también presentó su nombre, pero la elección la ganó Alejandro Gaviria para sorpresa de pocos.


Desde que inició su carrera en Los Andes hace casi 17 años, Behrentz ha tenido un ascenso meteórico. Pasó de ser director de investigaciones en el departamento de Ingeniería Civil y Ambiental a ser el director de todo el departamento. Luego se hizo decano de la facultad de Ingeniería y unos años más tarde estaba convertido en el vicerrector de desarrollo. Desde finales del año pasado ocupa tal vez el segundo cargo más importante de la universidad: la vicerrectoría administrativa y financiera.


La vocación de poder y la habilidad estratégica de Eduardo Behrentz, de la que dieron cuenta las más de 10 personas que entrevistamos para esta publicación, lo han hecho sobresalir donde sea que llega. A veces, no obstante, por las razones incorrectas.


Una investigación de El Uniandino revela el patrón de episodios cuestionables en la trayectoria profesional del que podría convertirse en el próximo rector de la Universidad de los Andes.


A pesar de que contactamos al vicerrector Behrentz para conocer su versión de los hechos, no accedió a darnos una entrevista y solicitó que le enviáramos un cuestionario por escrito. En respuesta a las preguntas que le enviamos por escrito, el vicerrector nos respondió con un documento de 13 páginas donde detalla su hoja de vida y sus logros académicos y gerenciales. También añadió el siguiente mensaje: “Pensando en el deber de proteger mi propia reputación, así como en respeto a lo que han sido mis casi 20 años de servicio dedicado y comprometido a la misión de la Universidad (sic), en este momento encuentro improcedente contestar y refutar cada cosa que ustedes me han preguntado”.


Abajo pueden encontrar nuestros hallazgos.


Si quiere compartir información con nosotros, puede ponerse en contacto a través del correo periodicoeluniandino@gmail.com o en la opción de contacto de nuestra página web.




Un patrón de raíces viejas


“Eso ameritó un proceso disciplinario en la facultad. Hubo un manejo irregular de la empresa que él vinculó a un proyecto de investigación” - fuente obtenida por El Uniandino.

Empezando los años 2000, Eduardo Behrentz se encontraba terminando el doctorado en ingeniería ambiental en la Universidad de California, Estados Unidos. El pregrado y la maestría los había hecho en la Universidad de los Andes, a donde volvería unos años más tarde para empezar una carrera institucional que lo llevaría lejos en la escalera administrativa.


“Yo lo recuerdo recién egresado de la maestría en el comité de coordinadores de pregrado, era una persona colaboradora, muy brillante” dice Claudia Cárdenas, quien era secretaria general de la facultad de Ingeniería en ese momento. “Cuando regresó del doctorado era otra persona, tenía unas ínfulas diferentes. Era muy contestatario con respecto a la dirección de su departamento, podríamos decir que era irreverente hacia las normas de la facultad”, concluye.


Para el momento en que regresó a la universidad, el entonces profesor apenas si tenía funciones burocráticas más allá de las que le correspondían a un docente promedio. Eso cambiaría pronto. En octubre del 2008, siguiendo su línea académica, Behrentz fundó el Grupo de Estudios en Sostenibilidad Urbana y Regional (SUR), adscrito a la facultad de Ingeniería de Los Andes.


El grupo todavía existe y ha ganado cierto nombre entre la comunidad académica y técnica del país. Pero también fue importante en la carrera del vicerrector porque puso a prueba por primera vez su capacidad de gestión dentro de la universidad, por la que más tarde se haría famoso.


Hay, sin embargo, un asterisco importante en su paso por el grupo SUR: una sanción disciplinaria por conflicto de intereses.


Aunque ya no aparece en el perfil con el que se presenta, para el 2008 Eduardo Behrentz también trabajaba como socio senior de Multivac Consultores, su propia empresa de consultoría. La firma, en la que su esposa de ese entonces ejercía como socia fundadora y gerente, se dedicaba a hacer “consultoría especializada en temas de sostenibilidad, responsabilidad social, medio ambiente, desarrollo urbano y dinámicas demográficas”, según se lee en la descripción de su razón social.


Es común, y lo era también en ese momento, que los profesores de la universidad hagan trabajos por fuera de sus funciones académicas. Los Andes inclusive cuenta con una figura que desde entonces ya era conocida como la “Declaración institucional”, en la que “el profesor expone ante las directivas los eventos, acciones o compromisos en los cuales esté involucrado y que puedan ser susceptibles de generar conflictos de intereses”, se puede leer en el estatuto profesoral.


Lo que no puede pasar en ninguna circunstancia es que los profesores utilicen sus cargos dentro de la institución para intentar favorecerse a sí mismos o a terceros. Y eso fue justamente lo que sucedió con el entonces profesor Behrentz.


De acuerdo a tres fuentes independientes consultadas por El Uniandino, y que conocieron el caso de primera mano, a inicios del 2009 Eduardo Behrentz pretendió hacer un contrato como director del grupo SUR con Multivac Consultores. En otras palabras, Behrentz pretendía contratar a una empresa que constituyó junto a su esposa de entonces y en la que él era el principal accionista.


“Eso claramente representaba un conflicto de intereses, un profesor no puede aprovechar las oportunidades que derivan de su trabajo en la universidad para obtener un beneficio personal o para alguien de su familia”, nos dijo una de las fuentes.


Otra fuente lo confirma: “Eso ameritó un proceso disciplinario en la facultad. Hubo un manejo irregular de la empresa que él vinculó a un proyecto de investigación”.


En el proceso de legalización del contrato fueron detectadas las irregularidades y se dio inicio a un proceso disciplinario. Durante el proceso se descubrió, además, que en la declaración institucional de Behrentz no aparecía Multivac Consultores, a pesar de la clara superposición entre su trabajo como profesor e investigador y sus funciones en la empresa.


El 9 de febrero del 2009, según pudo verificar El Uniandino de forma independiente, el hoy vicerrector Behrentz fue sancionado disciplinariamente por la facultad de Ingeniería con una amonestación por escrito sin copia a la hoja de vida.


Cuestionado por El Uniandino sobre ese episodio, el vicerrector Behrentz nos dijo por correo electrónico, sin hacer mención específica a lo sucedido, que “con la única excepción de un error que cometí al inicio de mi carrera como administrador de proyectos (que no resultó en ninguna sanción), mi récord oficial como profesor, investigador y directivo en la Universidad de los Andes es impecable”.


A pesar de que Behrentz dice que no hubo “ninguna sanción”, lo cierto es que sí la hubo. “Los consejos de facultad podrán imponer las siguientes sanciones: 1) Llamado de atención del decano. 2) Amonestación escrita sin copia a la hoja de vida”, se lee en el estatuto profesoral. Behrentz fue sancionado con la segunda, como lo comprobó El Uniandino de primera mano y de forma independiente.


En cualquier caso, el contrato se frenó y el tema pareció superarse. Behrentz inclusive pasaría a ser elegido como director del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental en el 2011. Más adelante, no obstante, la ética de trabajo del hoy candidato a la rectoría sería puesta a prueba nuevamente.



Los amigos de Eduardo Behrentz


“Cuando lo nombré director [del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental] hubo mucha oposición. Oposiciones muy fuertes, diciendo que me había equivocado, que él no tenía las cualidades para ser director de departamento”, dice Alain Gauthier, quien para el 2011 era decano de la facultad de Ingeniería y hoy es profesor emérito. “Yo pienso que no lo hizo mal”, agrega.


“Miraba mucho su interés personal más que el de la institución” - Alain Gauthier, exdecano de Ingeniería y profesor emérito.

Gauthier recuerda la dirección de Behrentz, quien pasaría a reemplazarlo como decano de Ingeniería unos años más tarde. “Hacía su trabajo bien, pero también hacía política, tenía su empresa, creo que por eso muchos profesores no congeniaban con él [...] miraba mucho su interés personal más que el de la institución”, nos dijo el exdecano.


Un colega de Behrentz en esa época nos dijo algo parecido: “Estaba más interesado en su imagen externa y en ascender a otras posiciones en la universidad o afuera, porque la política nunca le ha sido extraña. Opinaba en entrevistas sobre lo que sabía y sobre lo que no, eso nos sorprendía enormemente a algunos profesores”.


En septiembre de 2010, el político colombiano David Luna nombró a Eduardo Behrentz como gerente de su campaña a la alcaldía de Bogotá. Behrentz en ese entonces seguía siendo la cabeza del grupo SUR en Los Andes y estaría al frente de la campaña hasta el momento en que perdieron las elecciones en 2011, cuando ya había sido nombrado como director de departamento.


Lanzamiento del libro “Punto de partida” en la universidad CESA, en el marco de la campaña por la alcaldía de Bogotá de David Luna. De izquierda a derecha: David Luna, exministro de las TIC y excongresista; José Manuel Restrepo, exministro de Comercio y actual ministro de Hacienda; Eduardo Behrentz, director en ese entonces del grupo SUR en la Universidad de los Andes y gerente de campaña de Luna.

Fotografía: Lanzamiento del libro “Punto de partida” en la universidad CESA, en el marco de la campaña por la alcaldía de Bogotá de David Luna. De izquierda a derecha: David Luna, exministro de las TIC y excongresista; José Manuel Restrepo, exministro de Comercio y actual ministro de Hacienda; Eduardo Behrentz, director en ese entonces del grupo SUR en la Universidad de los Andes y gerente de campaña de Luna.


“Él empezó a nombrar a sus amigos en los cargos a los que antes se llegaba por concurso de mérito [...] era una cultura total de nepotismo” - fuente obtenida por El Uniandino.

Tres años más tarde, en mayo del 2013, Behrentz dejó la dirección de su departamento para convertirse en el decano de la facultad de Ingeniería. Desde ese momento su estilo de trabajo empezaría a notarse más. Y destacaba, según 5 personas que trabajaron con él, por una característica en particular: le gustaba rodearse de gente que conocía, de amigos.


“Ningún profesor en la facultad confiaba en él, tal vez sus dos o tres amigos, a los que nombraba en cargos administrativos. Él tenía amistades muy cercanas, y manejaba proyectos con ellos”, nos dijo una fuente administrativa que trabajó con Behrentz directamente en esa época.


Otra persona que trabajó con él más adelante da cuenta de lo mismo: “Cuando él llegó a la vicerrectoría empezó a nombrar a sus amigos en los cargos a los que antes se llegaba por concurso de mérito [...] era una cultura total de nepotismo”.


Pero tal vez el caso más representativo de esta forma de trabajar se dio mientras era decano, entre el 2013 y el 2016, e involucró un cargo administrativo relativamente pequeño, y que sin embargo no pasó desapercibido.


En febrero del 2014, Catherine Juvinao fue contratada por Eduardo Behrentz como la coordinadora de comunicaciones estratégicas de la facultad de Ingeniería. Juvinao acaba de ser elegida como congresista. Ella llegó a la Universidad de los Andes después de tener una carrera de más de 5 años en comunicaciones y ocuparía su puesto por algo menos de 3 años.


A pesar de su corto paso por la universidad, Juvinao tuvo acceso a beneficios que ni siquiera los profesores con mayor trayectoria tienen en este momento.


De acuerdo a personas que lo supieron de primera mano, a finales del 2014 a Juvinao se le aprobó una licencia remunerada hasta febrero del 2015. Es decir, “recibió salario sin estar trabajando, algo que no podían hacer ni los profesores”, nos dijo una de las fuentes consultadas por El Uniandino. En ese momento, Juvinao no llevaba ni siquiera un año en su cargo.


Pero eso no sería todo. El cargo original para el que Catherine Juvinao fue contratada por el entonces decano Behrentz era el de “Coordinadora de comunicaciones estratégicas”, puesto que existía antes de su llegada y que se mantiene hasta el día de hoy. Juvinao ejerció como coordinadora de comunicaciones, como lo demuestran correos de ese momento obtenidos por este periódico en donde firma bajo ese título.


Un año después de haber arrancado, sin embargo, fue promovida a “Jefe de Comunicaciones, Mercadeo y Relaciones Externas” y recibió un incremento salarial. El nuevo puesto es el que aparece en la hoja de vida oficial de Juvinao como funcionaria pública y también en su página de LinkedIn.


“El cargo se creó para ella, en la facultad no existía. Se creó un cargo más alto y se le dio una relevancia más grande al tema de comunicaciones [...] el cambio lo aprobó directamente [Eduardo Behrentz] con gestión humana”, nos dijo la misma fuente. El Uniandino pudo constatar que la posición de “Jefe de Comunicaciones” dejó de existir una vez Juvinao se retiró de la universidad.


Aunque contactamos a Catherine Juvinao para pedirle comentarios sobre la historia, su equipo de prensa nos dijo que por motivos personales la representante no tenía agenda disponible para una entrevista.


En mayo del 2016, Eduardo Behrentz dejó su puesto como decano de la facultad de Ingeniería. Dos meses más tarde, Juvinao lo mencionaba con nombre propio en los agradecimientos de su tesis de maestría: “A Eduardo Behrentz: no existen palabras para agradecerte por tanto. Tu confianza, tu guía, tu apoyo y tu comprensión han sido para mí una verdadera bendición. Eres parte fundamental de este camino”, dice el documento.


Tres meses después, sería Catherine Juvinao quien dejaría su puesto como “Jefe de Comunicaciones” en la misma facultad. Juvinao se fue a ocupar un cargo con el mismo nombre en la Secretaría Distrital de Movilidad de Juan Pablo Bocarejo, viejo conocido de Behrentz y miembro del grupo SUR de Los Andes (el grupo de investigación fundado por Behrentz cuando era profesor).


En julio del 2017, Catherine Juvinao y Eduardo Behrentz hicieron público por primera vez que tenían una relación romántica. En un tuit publicado por Juvinao, en el que se les puede ver abrazados, se lee: “Hoy celebro en plenitud la vida de mi amor, mi cómplice y todo. Eres mi definición de milagro. ¡Te 💘!”




Las instancias institucionales


“Yo debería poder decir esto como profesor de forma libre, pero incluso a mí, con la experiencia que tengo en la universidad, me da temor hacerlo” - profesor de la facultad de Ingeniería.

En respuesta a una de nuestras solicitudes de entrevista, el vicerrector Behrentz nos escribió por correo electrónico que si alguien tenía “inquietudes sobres los actuares o decisiones de directivos o miembros de la universidad, lo apropiado es recurrir a los canales e instancias institucionales para el trámite y resolución de sus preocupaciones”. Según el vicerrector, “de tal forma se respeta la honra y el debido proceso, así como todos los demás deberes y derechos de las partes interesadas”.


“Yo debería poder decir [lo que les dije en esta entrevista] como profesor de forma libre, pero incluso a mí, con la experiencia que tengo en la universidad, me da temor hacerlo”, nos dijo un profesor de la facultad de ingeniería que trabajó con Eduardo Behrentz. “Eduardo persigue a los que lo critican”, agrega.


El problema con la propuesta de seguir el conducto regular que hace el vicerrector, según nos contaron 5 personas que trabajaron con él directamente, es que a medida de que Eduardo Behrentz ha ascendido en la burocracia de la universidad él mismo se ha convertido en parte de los canales institucionales.


“Si mi nombre sale, aun cuando todo está soportado con hechos y datos, él puede bloquearme. Puede hablar con sus conocidos, te puede literalmente bloquear la vida”, nos dijo otra fuente que trabajó directamente con el vicerrector.


Solo el tiempo dirá si el vicerrector Behrentz se convierte en rector este miércoles. De ganar las elecciones en el Consejo Superior, el administrativo se volvería la representación natural de lo que él llama “instancia institucional”.


 

Por: Liliana Cuadrado y Alejandro Lozada



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