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  • El Uniandino

El camino de Robocol al espacio

Alrededor del mundo existen torneos que buscan incentivar, premiar y reconocer el trabajo e inteligencia de jóvenes en el ámbito de la robótica. Junto con los torneos de la NASA, el European Rover Challenge es uno de los torneos más grandes y reconocidos en el mundo de competencias relacionadas con tecnología y robótica espacial. Robocol, una iniciativa creada por estudiantes de Ingeniería Mecánica y de Sistemas de la Universidad de los Andes, logró obtener el 13 de septiembre del 2020 el tercer puesto en el European Rover Challenge.


El Uniandino habló con Carlos Alfonso Oliveros, estudiante de Ingeniería Mecánica y líder del proyecto Robocol. Allí nos explicó sobre la iniciativa, el proceso que tuvieron que pasar para ganar este reconocimiento durante una pandemia y de lo que se espera de Robocol en el futuro.



Primero hablemos de Robocol, ¿cómo comenzó y en qué consiste esta iniciativa?


Robocol fue fundada en el año 2010 por cinco estudiantes de ingeniería mecánica y uno de ingeniería electrónica. Comenzó con la idea de un estudiante que quería participar en una competencia de la NASA: Lunabotics competition. Esta competencia consistía en diseñar diferentes tipos de robots para excavación lunar. Se comunicaron con un profesor del departamento de mecánica, Carlos Francisco Rodríguez, el cual los asesoró en el proceso de llevar a cabo este proyecto y diseñar los primeros prototipos. Ellos fueron por primera vez a una competencia en el año 2011 y quedaron como de puesto 19 de 70. Para el siguiente año la iniciativa fue un hit porque casi ningún equipo de la universidad había asistido a una de estas competencias, que no son sólo de investigación, sino que también se tratan de diseñar y manufacturar robots. En el año 2012 quedaron en noveno lugar y para el siguiente año, con mucha más experiencia, lograron avanzar al cuarto puesto en la categoría general. Desafortunadamente esta competencia la cerraron para equipos internacionales. En ese momento el equipo era de casi 25 personas y ya no parecía justo dejarlo ahí, así que nos inscribimos por primera vez en el European Rover Challenge en el 2014 y obtuvimos el Special Award.


En el año 2015 se inició un programa llamado Domobotics que es una serie de competencias para estudiantes escolares, en la cual íbamos a los colegios y hacíamos diferentes charlas de tecnología y a mitad del año hacíamos una competencia muy similar a la de la NASA en la universidad. Eso se realizó en el año 2015, 2016 y 2017.


Después de pausar su participación en competencias internacionales y ahora que seis años después obtuvieron el tercer lugar en la competencia European Rover Challenge ¿cómo ha sido la trayectoria para obtener este reconocimiento?


En el año 2017 volvimos a intentar retomar el proyecto de la robótica y no logramos clasificar. Para el 2018 nos volvimos a inscribir en el European Rover Challenge y clasificamos. Esta competencia es una de las más importantes a nivel mundial y se lleva a cabo en Polonia. En 2019 volvimos a participar y tuvimos bastantes problemas cuando fuimos a la competencia. Realmente fue un golpe duro para nosotros: éramos de los pocos equipos que teníamos que atravesar un océano completo para llegar allá. La mayoría de participantes llevan en sus camionetas todos los equipos y herramientas. El costo para nosotros fue bastante alto por todo lo que implica y por esto, no pudimos invertir tanto en Hardware sino, más que todo, en los tiquetes. De igual manera, poder ir a la competencia fue una experiencia muy enriquecedora para nosotros.



¿De qué se trata la competencia? ¿Cómo fue el proyecto y la experiencia?


“Para la competencia del 2020 estábamos un poco inseguros de lo que iba a pasar, así que nos sorprendió mucho el día que nos llegó un vídeo del organizador diciendo que ellos iban con toda para lograr hacer esta competencia y estaban enfocados en que, a pesar de la pandemia, se pudiera llevar a cabo”.

Básicamente esta competencia se basa en los lineamientos que tiene la NASA y la ESA para la exploración espacial -más enfocada en la exploración marciana. Ellos plantean los desafíos que deberían pasar los rover y enseñan ejemplos modelando las condiciones reales. Hasta el 2019 todos los equipos iban a la competencia y diseñaban los proyectos a partir de los requerimientos que ellos ponen. La competencia tiene unas tareas principales que los participantes deben cumplir.


Para la competencia del 2020 estábamos un poco inseguros de lo que iba a pasar, así que nos sorprendió mucho el día que nos llegó un vídeo del organizador diciendo que ellos iban con toda para lograr hacer esta competencia y estaban enfocados en que, a pesar de la pandemia, se pudiera llevar a cabo. Entonces, cambió mucho la logística de la competencia: ya no era diseñar, ni probar, ni manufacturar sino conectarnos al Hardware que ya está allá -como el que está ahorita en Marte que no se puede tocar ni arreglar, sino que toca mirar qué puedes hacer con todos los recursos que hay en tu sitio para poder controlarlo- y cumplir con todas las pruebas. Todos desde sus casas estaban tratando de conectarse para poder llevar a cabo las pruebas y las reuniones. La organización del grupo ya para la parte de la competencia se hizo en alianza con City U. Hicimos varias pruebas y vimos que el Internet de las casas no daba para para completar los retos, entonces, llegamos a un acuerdo con City U y formamos un centro de control como lo es Huston para la NASA.



Además de la pandemia ¿cuáles han sido los mayores desafíos que ha tenido Robocol a lo largo de su trayectoria?


“En esta iniciativa no nos están dando créditos ni dinero por estar ahí, sino que es pura pasión de los integrantes”.

Los dos desafíos más grandes son: sacarle tiempo y ser organizado. En esta iniciativa no nos están dando créditos ni dinero por estar ahí, sino que es pura pasión de los integrantes. El otro tema importante es cómo organizar a tanta gente porque son 72 personas de carreras diferentes y son proyectos muy complejos que ninguna materia cubre con profundidad. Sin embargo, me parece que el reto más grande ha sido la continuidad del equipo. Como no es un programa dirigido por la universidad, nosotros dependemos de lo que hagamos y la continuidad que le demos a los proyectos. Lo que hicimos fue replantear la estrategia de quiénes pueden estar en Robocol y comenzamos a aceptar muchos chicos de primer semestre que tal vez no sepan mucho las cosas técnicas, pero sí pueden ayudar con muchas cosas que no son tan complejas y así también van aprendiendo en el transcurso del tiempo.



A pesar de ser 72 personas de carreras diferentes, ¿Cómo motivan a la gente fuera de las carreras de ingeniería mecánica, electrónica y de sistemas a participar en una iniciativa como esta?


Eso es un reto muy grande porque realmente nos conocen mucho en los departamentos de ingeniería porque siempre estamos en La Pecera ahí metidos y al ver un robot pasar por ahí pues nos conocen. Llegar a otros departamentos ha sido muy difícil porque no nos conocen; eso es un reto inicial. Podemos mandar una convocatoria, pero como la gente no nos tiene en cuenta, entonces es complicado.



¿Y entonces cómo hicieron para darse a conocer?


Lo que hicimos con los primeros, los valientes de otras carreras diferentes a ingenierías, fue hablar con ellos, lo que nos permitió ver la perspectiva de qué están buscando estas personas. Por ejemplo, entender qué quiere un diseñador de este tipo de iniciativas. Entre todos los integrantes ya tuvimos la oportunidad de discutir la motivación cuando acabamos la competencia, y nos preguntamos: “¿usted porque está en Robocol?”; porque no nos están pagando, no nos están dando créditos, estamos gastando mucho más tiempo del que deberíamos (que a veces es necesario para estudiar), y entonces llegamos a la conclusión de que es por la emoción de estar perteneciendo a algo más grande y aprender no sólo lo técnico sino también conocer a muchas personas de todo tipo y entrenarse un poco más en el ámbito de la robótica. Eso puede ser influyente en el momento de buscar alguna práctica, algún trabajo, tener mucha más experiencia de lo que se puede obtener en un curso. En la parte de relacionarse con las otras personas, uno encuentra la motivación de trabajar con amigos: uno, a las 3 de la mañana en La Pecera, después de 3 días sin dormir, comienza a hacer amigos y tener hermandad entre todos. Es realmente lindo.


Además de las competencias internacionales, menciona en la trayectoria del equipo a la competencia Domobotics, ¿cómo motivan a los niños y jóvenes de los colegios para participar en la robótica?


Demobotics inició en el año 2015 pero desde el principio, se comenzó a trabajar en estos proyectos para motivar a los chicos. La idea es que no vean los trabajos de ingeniería tan lejanos; que no sientan que solo son para alguien de la NASA o alguien que ya está graduado sino que es algo que ellos podrían estar haciendo. Los más chiquitos hacen proyectos para codificar sistemas muy básicos (como cohetes con chorros de agua) y los que cursan décimo y once, empiezan a programar los diferentes robots que diseñamos. Desafortunadamente en estos últimos años no lo hemos hecho porque nos enfocamos más en llevar a cabo los proyectos de ingeniería que estaban un poco dejados de lado. La idea es que cuando ya estemos un poco más establecidos, podamos volver a iniciar estos proyectos. Queremos motivar a los chicos y que se den cuenta de que hay cosas interesantes de tecnología que se pueden hacer en Colombia y que no es necesario tener muchas habilidades para lograrlo desde el colegio.


“Queremos motivar a los chicos y que se den cuenta de que hay cosas interesantes de tecnología que se pueden hacer en Colombia y que no es necesario tener muchas habilidades para lograrlo desde el colegio”.

¿Qué esperan para este nuevo año?


Este 2021 está lleno de retos para Robocol. Vamos a participar en 3 competencias: University Rover Challenge, MATE ROV Competition y el European Rover Challenge, ya sea de forma virtual, híbrida o presencial si se nos da la oportunidad. Además de esto, esperamos volver a la universidad para manufacturar, ensamblar y probar todos los diseños que estuvimos realizando durante el año pasado. No va a ser fácil, pero todos los integrantes vamos a darlo todo para dejar en alto el nombre de la universidad y Colombia en el ámbito de la robótica mundial. Igualmente, lo que queremos dejar claro es que la competencias no son nuestro foco principal; lo es el lineamiento para desarrollar nuestros propios proyectos. Si tenemos en cuenta todas las situaciones, ir a una competencia es realmente costoso. No todas las veces se puede hacer. A pesar de desarrollar los proyectos con los lineamientos que ellos dan, también tenemos nuestros propios proyectos.


¿Qué le gustaría decirles a los estudiantes para motivarlos a estar en este tipo de

iniciativas?


Invitarlos a todos a que no tengan miedo de participar en diferentes proyectos ya sea Robocol u otras iniciativas. Las cosas que uno haga en la universidad son para definir quién eres tú como profesional y como persona. Todos salen con el mismo título, pero las cosas que has hecho complementarias a tu carrera, son realmente las que te forman para lograr lo que piensas hacer con tu futuro. Hay muchas otras iniciativas a las que pueden unirse. Aprovechen: eso es lo bueno de la Universidad de los Andes; hay muchas oportunidades extracurriculares para participar.


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Por: Camila Gutierrez



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