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  • El Uniandino

De lo nacional a lo local

Julio Bermúdez es politólogo de la UTB en Cartagena y egresado de la especialización en Estado, Políticas Públicas y Desarrollo de la facultad del CIDER de la Universidad de los Andes. Aquí su columna "De lo nacional a lo local". Para contestar la columna envíe su propuesta a periodicoeluniandino@gmail.com.



Dentro de los retos más grandes está como aterrizar los discursos nacionales a la realidad local. La última semana de agosto se presentó el informe de calidad de vida de Cartagena, por parte del equipo de Cartagena Cómo Vamos. Este es un ejercicio sumamente valioso, que se nutre del trabajo de tanto el sector privado como la academia, apoyados por medio de comunicación y diferentes fundaciones.


Dentro del informe vemos cifras preocupantes, pues tenemos una ciudad con una esperanza de vida de 72 años, donde 6 de cada 10 empleos son informales y donde más de 400.000 personas viven en condición de pobreza. Entre el 2019 y el 2021 hay 77.000 personas que no logran acceder a alimentación y vivienda. En temas de calidad educativa, en el 2021, 62% de colegios se encontraron en las categorías más bajas en las pruebas saber 11, y son los colegios públicos quienes aportan la mayor cantidad de colegios a estas categorías.


Otro tema alarmate es el papel de los jóvenes en la economía de la ciudad. La tasa de ocupación juvenil es 18,2% y de desempleo del 21,8%, diez puntos mayor a la tasa de desempleo en general. Es alarmante pues, dentro de las grandes capitales del país, Cartagena es la que cuenta con el índice de juventud más alto, más del 25% de la población es joven, quiere decir que 1 de cada 4 cartageneros se encuentra entre 15 y 29 años.


Antes de posesionarse Gustavo Petro, el alcalde William Dau se manifestó acerca de sus expectativas acerca del nuevo gobierno y la priorización que espera hacia Cartagena. Temas como el hambre, la pobreza, seguridad, entre otros, son cruciales para la ciudad, y que el mismo Presidente ha aclarado que es un desafío para tener en cuenta.


A nivel nacional, el mes que acaba de pasar representa, como todo cambio, miedos, desafíos y esperanzas, todo depende desde donde se vea y cómo se afronte, tanto a nivel nacional como local. A sólo unas semanas de haberse posesionado Gustavo Petro como nuevo presidente, ha visitado Cartagena, la cual ha sido anfitriona de muchos eventos a nivel nacional. Con el ministro de economía, José Antonio Ocampo, estuvieron reunidos en el congreso de la ANDI. Una semana después estuvo su ministro de comercio, German Umaña, quien tuvo su participación en el congreso de Asobancaria, acompañado de la ministra de agricultura, Cecilia López. Y la última semana de agosto se celebró el ANDICOM y el congreso nacional de minería.



Estos acercamientos me dejan una sensación positiva. Pues, además de situar a Cartagena como el destino principal para grandes eventos de nivel nacional e internacional, es muy importante que el presidente y parte de su gabinete recién posesionado le dé la cara al sector privado. Este puede ser un mensaje de calma entre tanta especulación e incertidumbre en el mercado; sobre todo por la nueva reforma tributaria que pretende pasar por el congreso.


Se dice que una cosa es dar discursos y otra es gobernar, y desde el día uno el Presidente ha intentado cumplir con las promesas hechas en el discurso de posesión, en donde se dijo que se premiará la cooperación a la competencia y abriría la posibilidad de quien quisiera participar. En dicho discurso también lanzó un mensaje para reconciliar a la región, algo que ya está sucediendo con el vecino país, y que despierta pasiones entre personas que están a favor y contradictores.


Por otro lado, dentro de su discurso electoral se hizo énfasis en la transición energética y el cambio climático, temas donde no hay mucho consenso. Sobre todo, el punto de cambiar la vocación de Ecopetrol, una de las empresas más sólidos del país, en la cual el gobierno tiene la participación mayoritaria en la Junta, y que el semestre pasado fue el mejor de su historia, pero que ahora sus acciones están desvalorizadas, no solo por la realidad política sino por el mercado del petróleo a nivel global. Este es un tema muy importante para Cartagena, pues el puerto juega un factor clave en temas de exportación de productos destilados del petróleo, pues, sumando a los combustibles minerales, representan la mayor cantidad de toneladas exportadas de todo lo que sale del puerto.


Justo después de la entrega del informe, William Dau, el alcalde de Cartagena dio unas palabras, las cuales resumiendo serían que, recibió una ciudad desfinanciada, endeudada por las casas políticas que habían pasado en las administraciones anteriores. Finalizó su intervención diciendo que su principal bandera es en contra de la corrupción.


Horas después de haber escuchado el informe fui a tomarme un café tratando de procesar lo que no es secreto para nadie, lo “jodida” que está la ciudad. A la mitad de mi café, al mediodía, cuando el sol está en su punto más candente y azota de manera inclemente, me percaté de que había en la puerta quizá más de treinta jóvenes como yo, todos y todas llevaban una carpeta con documentos, me acerqué y le pregunté a una chica “¿qué hacen?”, me contestó que estaban participando en una convocatoria, donde había solo tres vacantes, para trabajar en el establecimiento donde compré el café. Paralelo a esto, entre cinco y seis personas de tercera edad entraron al establecimiento vendiendo chance, personas que me hicieron recordar las cifras de pobreza vistas esa mañana.


El gobierno de “los y las nadies”, fue parte del discurso de la vicepresidenta cuando se conoció que habían ganado la contienda electoral, me hacen recordar las palabras de Eduardo Galeano, “Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de la pobreza”. Ojalá que esta sea una oportunidad de algo diferente, en medio de los quehaceres políticos y económicos, donde no existan más personas de tercera a quienes les toca vender chance para poder comer porque no tienen pensión. Que el gobierno del cambio no solo sea a nivel nacional sino local.


 

Por: Julio Bermúdez: politólogo de la UTB en Cartagena y egresado de la especialización en Estado, Políticas Públicas y Desarrollo de la facultad del CIDER.


***Esta columna hace parte de la sección de Opinión y no representa necesariamente el sentir ni el pensar de El Uniandino.



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