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  • El Uniandino

Nostalgia sí, pero no así

Yo también amo los mom jeans, a joy division y las películas de los 80. Sin duda, hay algo fascinante en los tiempos pasados, ya sea porque estuvimos ahí y nos recuerdan viejas glorias o porque nos identificamos y apropiamos de las ideas románticas, valores y cultura de cierta época, aún más en una realidad postmoderna que nos exige un constante cambio identitario. Frente a tan abrumadora realidad preferimos aferrarnos a lo confiable, a lo conocido. Por lo anterior, no es gratuito que muchos productos culturales apelen a la nostalgia para llegar a su público, para ser icónicos; y es que el éxito de este recurso es innegable. Sin embargo, qué pasa cuando el entretenimiento se convierte solo en eso, en tratar de comprarnos trayendo a colación elementos que evocan sentimientos positivos dada su historia, hay varios ejemplos de esto.



Stranger things, la exitosa serie original de Netflix, presenta este problema a partir de su tercera temporada. En sus comienzos se había consolidado como una serie con buena trama y personajes entrañables, No obstante a medida que aumentaron sus temporadas la calidad disminuye, y el uso, o más bien el abuso de la nostalgia para mantener al espectador interesado se hace bastante notorio. Por ejemplo, al principio traer referencias de películas y música de los 80 era sólo un recurso, una decisión artística, que además era coherente con el tono de la serie. La apelación a la nostalgia era solo un elemento de muchos otros que le brindaban a la serie una estética particular y distinguible de las otras, pero que guardaba armonía con la trama. Sin embargo, en su última temporada las referencias terminan sobresaturado la serie, y solo son arrojadas al espectador aleatoriamente, por ejemplo hay una larga escena de más de 5 minutos en el primer episodio. dedicada solo a referenciar a La niebla, Encuentros cercanos del tercer tipo, Star Wars y Poltergeist, allí no cumplen ninguna otra función que buscar una reacción en el consumidor: “ay mira es tal película de cuando era niño”, y estas son tan obvias que parecen hasta una parodia que no acaba de cuajar con el tono (véase la referencia a Terminator o la referencia al conflicto de la guerra fría: los rusos malos y los estadounidenses buenos)


Otra muestra de la incorrecta utilización de estos recursos se evidencia en el filme “Ready player one”, el cual se desarrolla en un mundo utópico en el que las personas prefieren conectarse al mundo virtual OASIS en lugar de vivir en la realidad. El conflicto inicia cuando el creador de este mundo idea un rompecabezas que solo puede ser resuelto por un verdadero conocedor de la cultura popular y nuestro protagonista tendrá que descifrarlo para evitar la destrucción de este mundo y ganar el premio mayor. Yo, como muchos otros fanaticos de la industria, estábamos emocionados por verla, desde su trailer propone una épica aventura que homenajea a la cultura popular. No obstante, la película deja mucho que desear, y se convierte en una serie de referencias facilistas que se podrían encontrar en fanfics de wattpad. Ready player one se encarga de hacernos saber todo el tiempo de que lo que estamos viendo es legendario porque ¿a quién no le gustaría ver a todos los personajes de los videojuegos y películas que amamos interactuando? Así también, el humor se resume en citar obras populares del mundo geek. Mientras que, la trama de esta película además es predecible e innecesariamente larga, tiene personajes poco memorables, con pobre evolución, y cuya única personalidad es ser “frikis”. Por lo que su atractivo redunda más en el juego de reconocer los easter eggs y de la emoción que esto causa, por sobre el entretenimiento de calidad, y debo admitirlo yo misma he caído en la trampa, la emoción que da identificar algo que nos trae buenos recuerdos en la gran pantalla es satisfactoria. El éxito comercial de este producto radica entonces en que le habla a una audiencia particular, la cual a menudo se ha visto discriminada en el pasado por sus gustos de la adolescencia o infancia y lo que hace la película es premiarlos. Pero ¿podría alguien totalmente ajeno a este mundo disfrutar la película? Yo creo que no, y es allí donde creo que está el abuso a la nostalgia, el arte debe ser un lenguaje universal que hable de lo humano, y si bien puede que llegue a unos más profundamente que a otros, no creo que una buena película deba recurrir a una manipulación emocional para mantener a sus receptores.


Entonces, ¿es todo uso de este recurso una manipulación emocional? No, el problema es cuando impide avanzar, cuando se enfrasca en las mismas actitudes y se centra en dar vueltas sobre lo mismo o intenta ocultar una falta de creatividad. Obras como Super Smash Bros, una serie de videojuegos de lucha que recopilan personajes de Nintendo y otras franquicias, es una perfecta muestra de como hacer una celebración a la historia del videojuego sin incurrir en sentimentalismos facilistas como los presentados anteriormente. Este juego no depende de las referencias para funcionar, cualquier persona que desconozca por completo el medio podría pasar un rato bastante entretenido jugando. Además, los guiños realizados son coherentes con la dinámica, pero no solo con la dinámica interna, sino también con el papel que desempeñan en el mundo del videojuego que los hace ser icónicos.por ejemplo los personajes de videojuegos como street fighter pelean mejor utilizando combos propios del juego, mientras que lo shooters funcionan mejor con poderes de apuntar y disparar que dando golpes. Por lo cual, este juego se ha convertido en uno de los más jugados del género, y su impacto y grado de competitividad le ha valido para posicionarse como un importante e-sport.


Entonces, en suma es inevitable no sentirnos atraídos por la nostalgia,pero por esta misma cualidad, en ocasiones se utiliza como un recurso fácil para atraer a cierto sector del público y hacerlo conmover. Por esto mismo, se abusa tanto de este recurso, pero no por la alta carga emocional que implica significa que siempre que se utilice es manipulación emocional; hay maneras en las que usado correctamente se transforma en una poderosa herramienta para rendir tributo a obras históricas y hacer de las nuevas creaciones piezas aún más disfrutables.


 

Por: Manuela Silva





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