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  • El Uniandino

La maternidad no deseada y la paternidad perdida

La figura de la maternidad es una de las representaciones más recurrentes en el cine. Desde la malvada madrastra de Cenicienta, hasta el recuerdo fantasmal de la madre en Harry Potter, son algunos ejemplos de la importancia que esta figura tiene en la vida de las personas e, igualmente, en el cine. Sin embargo, en la actualidad esta figura materna ha sido cuestionada y puesta en diferentes posiciones que le han brindado más matices a sus representaciones, y que han abierto la discusión acerca de cómo se retrata la maternidad y desde qué mirada se construye.


Animales Nocturnos (2016) del director Tom Ford, cuenta la historia de Susan, una prestigiosa artista que un día recibe el manuscrito de un libro de su ex esposo, Edward. Este narra la historia de un padre de familia (Tony) quien pierde a su hija y esposa a manos de unos hombres que las secuestran, violan y asesinan en una carretera de Texas. Susan viaja a través de tres mundos: su pasado junto a Edward, su presente y la historia de ficción del libro. Esto la obliga a cuestionarse la vida que tiene y las decisiones que alguna vez tomó, en especial, el aborto que realizó en el momento que decidió separarse de su esposo. Esta película construye su discurso enfrentando dos perspectivas: la maternidad no deseada y la paternidad perdida a través de los personajes de Susan y Edward.


Susan es una mujer exitosa quien se siente profundamente infeliz con la vida que tiene. No importa cuánto dinero gane o los caros vestidos que use, nada logra llenar ese vacío que siente. Es este desasosiego lo que la impulsa a cuestionarse constantemente si sus decisiones del pasado fueron correctas o si, por el contrario, tal vez ella pudo tener un mejor futuro junto a Edward. En esta parte del discurso, se enfrentan dos aspectos: el progreso vs. la maternidad. Con progreso se hace referencia al dinero, reconocimiento en el ámbito laboral y éxito. La maternidad se vuelve un término opuesto a esta idea, porque se mira desde la perspectiva de que un bebe impide el desarrollo de una exitosa vida laboral. En este punto del discurso se evidencia la brecha de género que existe dentro del ámbito laboral. Por ejemplo, para una mujer es mucho más difícil acceder a cargos altos en empresas, porque la mayoría están a manos de hombres y son estos mismos quienes toman las decisiones de quienes pueden subir y quienes no. Por lo que, en la mayoría de los casos, estos hombres prefieren mantener el poder a compartirlo.


Ahora, sí la mujer estuviera embarazada, el porcentaje de posibilidades de acceder y/o progresar en el ámbito laboral disminuye. Esto sucede porque se cree que una mujer no puede realizar de manera eficiente las mismas actividades una vez es madre, impidiéndole el acceso igualitario al trabajo. Una idea machista y retrógrada. Estas barreras invisibles con las que se topan las mujeres en el ámbito laboral, que muchas veces son normalizadas, se les conoce con el término de “techo de cristal”. En la película, Susan es consciente de esta problemática de género ya que, ha crecido en una familia que le ha impuesto esta idea machista de que el éxito viene con dinero y estatus, algo que no le puede ofrecer Edward, y que estando embarazada va a ser más difícil de alcanzar. Y, al igual que sucede en la actualidad, Susan tiene que escoger si progresar profesionalmente o formar una familia.

Ford utiliza al personaje de la madre de Susan como la representación de estas ideas machistas. Mientras su hija reflexiona sobre qué decisión tomar, su madre le recuerda que ella nunca conseguirá el éxito como artista que tanto desea si se queda con Edward y más, si se convierte en madre. Para ella, Susan debe encontrar una pareja más adecuada que cumpla con la imagen de progreso que la sociedad establece. Son estos miedos, que su madre impone en ella, lo que hace que Susan tome la decisión de abortar y abandonar a su esposo por alguien más adecuado. Con estas acciones Susan toma la dirección del progreso en vez de la maternidad.



Por otro lado, Edward decide vengarse de Susan por la paternidad que se le negó. En esta parte del discurso se toma otra perspectiva, desde la posición del padre que pierda tanto a su hija, esposa y familia por las decisiones que Susan tomó. Tony es la representación de esa paternidad perdida. Es la imagen del padre de familia que daría su vida por proteger a sus seres queridos. La familia ficticia es la representación de lo que Edward imagina cómo podría ser su vida junto a Susan. Laura, la esposa de Tony, es como Edward veía a su esposa: una mujer cariñosa y artística. India, claramente, es la representación del bebe abortado y Tony la imagen de él mismo.



El personaje de Ray Marcus, el hombre que violó y asesinó a la familia de Tony, es la representación de Susan ya que, para Edward, el acto del aborto que esta cometió, es un asesinato, pero no solo hacia su hijo, sino hacia su relación y hasta de él mismo. Ambos personajes, impulsan al protagonista, ya sea a Edward o a Tony, a buscar venganza por la familia que se les quitó. En este punto de la historia, Edward empieza a mostrar sus verdaderas intenciones detrás de la escritura del libro. No solo se trata de una venganza hacia Susan, despertando sus remordimientos por las cosas que le hizo mientras estuvieron casados. Para Edward el libro también es un acto de catarsis, en el que deja ir todos sus sentimientos de ira, desilusión y tristeza para, finalmente, convertirse en una persona completamente nueva. Por eso al final del libro Tony, aparentemente, muere al completar su venganza. Mientras que, en la realidad, Edward deja plantada a Susan, demostrándole que ya no es el hombre inocente que ella conoció. Con este acto, es casi como si Edward le dijera: “Yo he ganado. No te perdono. Quiero que sepas que eres una asesina y que ahora eres tú quien pierde”.


De igual manera, la venganza de Edward, justificada por el acto del aborto, evidencia otra problemática social que gira alrededor de la idea de la maternidad no deseada. En este caso, se juzga y señala a la mujer que no añora esta condición. Susan toma la decisión del progreso sobre la figura materna. Sí, es cierto que en cierta parte de la historia ella llega a arrepentirse de esta decisión. Sin embargo, todo esto sucede como consecuencia del señalamiento que Edward hace a través de su libro. Esta necesidad de señalar y hacer sentir culpable a Susan hace parte de la venganza de Edward, pero de igual manera, demuestra que la sociedad todavía no ve con buenos ojos que una mujer escoja el progreso profesional sobre la maternidad. Se reafirma la idea anticuada de que una mujer debe siempre considerar primero el papel de madre sobre cualquier otro aspecto de la vida. ¿Por qué no se le cuestiona a un hombre cuando decide negar su paternidad por escoger el progreso? Una reflexión muy importante que vale la pena considerar.



Finalmente, el discurso de progreso, maternidad y venganza que se construye en Animales Nocturnos, es una representación de una problemática actual presente en la sociedad. La brecha de género en el ámbito laboral demuestra lo inequitativo de este espacio de la sociedad para la mujer. Se evidencia que, la maternidad es vista como un aspecto ineludible en la vida y que se debe siempre escoger este sobre cualquier otro. El debate del que es víctima Susan es el que muchas otras mujeres enfrentan. Sin embargo, no se debería de tener que escoger entre progreso o maternidad, sino por el contrario, se tendría que buscar acabar con estas barreras que impiden que las mujeres accedan a ambos derechos de manera justa e igualitaria. De la misma manera, acabar con estas desigualdades les permitiría a hombres como Edward que desean tener una familia, la posibilidad de vivir su ilusión, pero siempre desde una posición de comprensión y apoyo mutuo. Algo que los protagonistas de la película nunca lograron y que terminó por desencadenar toda la historia de venganza de la que fueron víctimas.



 

Por: Dafne Ivana Ovalle Sanabria

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