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  • El Uniandino

Habitar_el_cine: vivir el cine desde adentro



Al pensar en el cine es común visualizar a un arte que propicia la individualidad, que se ve en silencio y en un espacio cerrado que auspicia la introspección. Son estos los elementos que pretende romper habitar_el_cine, un cineclub que encuentra sus orígenes en la Universidad de los Andes. El Uniandino entrevistó a Pablo Ortiz, Lina Angulo y Luis Felipe “Beja” Bejarano, cofundadores y actuales líderes del proyecto, para preguntarles acerca de su trayectoria y los retos a futuro del colectivo.



EL UNIANDINO: ¿Qué es habitar_el_cine?


Luis Felipe “Beja” Bejarano: habitar_el_cine es un cineclub que inició en el 2015-2. Empezó como un espacio que creamos Pablo Ortiz y yo para poder hablar de la forma en la cual es posible vivir el cine. Nos interesaba saber cómo una persona habita la vida y el espacio cinematográfico.

Pablo Ortiz: Desde sus comienzos, habitar_el_cine fue un espacio de participación interdisciplinar que tiene el objetivo de, además de discutir películas, distensionar un poco el ambiente académico que se vive en la universidad. Siempre se trató de un espacio de reunión, que ha evolucionado desde lo presencial hasta lo virtual, cuya premisa se basa en desacademizar y democratizar el cine dentro del espacio universitario.

Lina Angulo: Para mí pensar en qué es habitar_el_cine implica pensar en el futuro del proyecto, que se enfoca en crear una comunidad en la que se pueda propagar el arte y armar discusiones trascendentales, y que lleguen a convertirse en lazos interpersonales mediante los cuales se pueda transformar lo académico para ligarlo a la realidad y sacarlo fuera de las aulas. Nos interesa que se escuchen distintas teorías y reflexiones que vengan de diferentes visiones de la vida. En ese sentido creo que la expansión que hemos tenido en las redes ha sido fundamental, ya que permite ampliar la comunidad y no solo limitar nuestro crecimiento a la comunidad Uniandina.


EU: ¿Qué los llevó a crear el proyecto?


Beja: Nació como un proyecto que pretendía ser un espacio para parchar y dialogar acerca del espacio cinematográfico. Empezó como parte de una propuesta del Consejo Estudiantil de la Facultad de Arquitectura y Diseño (CEAD) que surgió después de que Pablo y yo decidimos ver una película juntos. Vimos un potencial de crecimiento en la idea y decidimos comenzar a invitar gente para la siguiente sesión. Ya para la tercera vez proyectamos en el primer piso del W, en la cual vimos La estrategia del caracol. Poco a poco el proyecto se volvió independiente, contando ahora con su propio espacio en redes.


EU: ¿Cómo funcionaba en un principio?


Pablo: Era una cuestión de y para uniandinos. Recibiamos ayuda del Centro Cultural de la universidad, el cual nos facilitaba el acceso a los recursos a los que también accedía Bogoshorts. Ellos proyectaban dos jueves al mes y nosotros alternábamos, proyectando las semanas que no lo hacían. Proyectábamos en distintas fachadas de la universidad, rotando siempre. La convocatoria era sencilla: se creaba un espacio de reunión para el cual nosotros elaborábamos una serie de volantes que después repartíamos a la comunidad para compartir la programación. Después, durante la proyección, tratábamos de crear un espacio ameno que a veces contaba también con sillas y la crispetera que nos facilitaba la Decanatura de Estudiantes.


EU: El proyecto estuvo pausado por un tiempo, ¿por qué?


Pablo: Se debió a la participación. Este tipo de trabajos siempre son voluntarios y lograr convocar gente es un reto. Cambiar el modelo con el cual solíamos trabajar en ese sentido fue complicado. El inicio del proyecto se dio en espacios comunes y abiertos de la universidad. Las películas eran proyectadas en las fachadas de los edificios; sin embargo, cuando perdimos la disponibilidad de esos espacios tuvimos que volver a las aulas, hecho que disminuyó progresivamente el aforo de las proyecciones.


Beja: Las proyecciones presenciales requerían de una gran planeación. La primera vez que se planteó el proyecto, falló por la gran cantidad de personas que asistió. Esto se transformó en un arma de doble filo, que finalizó en las quejas de las personas cuyas oficinas limitaban con los espacios de proyección. Recuerdo que en una ocasión, previa al retiro de los permisos, proyectamos una película en la fachada norte del W que contaba con una escena de sexo durante la cual los actores no escatimaban en sus gemidos; supongo que eso influyó mucho en la decición de la Gerencia del Campus de quitarnos ese espacio.


Pablo: Con la pérdida de los permisos de la Gerencia del Campus debido a esas quejas el proyecto tuvo que trasladarse a las aulas. Esa decisión -tomada en el 2017-2- influyó mucho en la baja en la participación que posteriormente sufrió el cineclub.

EU: ¿Cómo se retoma el proyecto?


Lina: Yo me uní este año, hace poco más de tres meses. Beja me invitó a ver una película con Pablo en Netflix Party y a partir de ahí pensamos que podría ser buena idea reconsolidar el proyecto comenzando con la reactivación de nuestra comunidad, esta vez virtualmente. Desde entonces hemos pensado entre todos la programación y la reformulación del proyecto, esta vez con un aforo mucho mayor. Trasladar el proyecto sin lugar a duda nos ha dado la oportunidad de hacerlo trascender, permitiéndonos no solo alcanzar la diversidad en la comunidad que siempre ha sido nuestro objetivo, sino que adicionalmente nos ha brindado la posibilidad de traspasar fronteras. La respuesta que hemos obtenido ha sido increíble, se debaten temas distintos que pasan desde aspectos teóricos de la película hasta memes.


Pablo: Precisamente en eso se basa el espíritu y la razón de ser del proyecto: que todos nos metamos juntos en la película, que la habitemos. Nuestro objetivo, así, es no solo ver la película, sino vivirla como comunidad.


EU: ¿Qué esperan para el futuro?


Lina: Nuestra idea es que el proyecto siga creciendo, que permita repensar la virtualidad respecto a sus beneficios. Queremos llegar aún a más personas, permitirle a nuestra comunidad que tenga mayor participación y que puedan tener también una participación activa en la elección de las películas. Queremos que habitar_el_cine sea de todos.


 

Por: Melissa Betancour y Carlos Bueno


* Próximamente habitar_el_cine dedicará uno de sus ciclos a la obra de Sofía Coppola, pueden seguir sus proyecciones a través de sus redes sociales.


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