top of page
  • El Uniandino

El despecho también es viral


Un estado de WhatsApp me llevó al video completo de una canción que Yeison Jiménez, uno de los exponentes actuales de mayor difusión en la música popular, entonaba con mucho sentimiento. El video, de tan solo un par de segundos, se difundió y causó inquietud de mi parte –que soy amante de seguir cada lanzamiento de este género– ya que no la conocía y tampoco había visto en redes sociales publicidad sobre la misma, ¡pero, vaya sorpresa! cuando encuentro que se trataba de una composición de otro artista: Joaquin Guiller –un cantante antioqueño que hasta ahora conocía–. Su canción en breve se hizo un hit por su letra y, especialmente, porque Yeison Jiménez fue quien la lanzó al público. Yeison la canta con el estilo que le merece a una historia sobre olvido, una historia que sale a flote con amigos y una cerveza.

Mientras inicia el coro de la canción, Yeison Jiménez empieza el video diciendo: “cuatro de la mañana, Medallo de fondo, y un tema que me gusta pa’ tomar aguardiente.” Abraza a su amigo y canta a todo pulmón:

“Que usted no me olvida,

porque en una copa se le revuelve la vida,

me hace una llamada de manera clandestina”


Sin más, esta canción empieza a sonar en todas partes.


De esta forma, los estados en WhatsApp, al igual que otras redes sociales, se han convertido en una galería de difusión y aún más durante la pandemia y la ausencia de conciertos en vivo. Con más de 500 eventos cancelados, la industria del entretenimiento se vio muy afectada; sin embargo, fue el momento –de alguna forma ideal– para que muchos artistas aprovecharan sus plataformas digitales para crear contenido y aumentar el número de seguidores, visitas y vistas de sus perfiles. Empezaron a surgir los conciertos online, gratuitos y, con el tiempo, pagos. Se dieron participaciones en conjunto de varios cantantes, se pusieron en auge los retos virales, lanzamientos y, además, resaltó el sello personal de los artistas de un género que también conecta con el público desde otras facetas.


Este último tópico resulta interesante dado que la ranchera, un estilo que hace algún tiempo se encasillaba exclusivamente en las cantinas, empieza a mostrarse de forma distinta a través de otras temáticas. Los artistas exponen sus gustos y actividades diversas, como, por ejemplo, las rutinas de ejercicio, outfits, detrás de cámaras de sus obras o hobbies. Durante los últimos meses, las redes se convirtieron, en la mayoría de los casos, en el escenario perfecto para contar algo más allá del despecho, el amor o las tragedias. Pues, al hablar de sí mismos, se consolida un sello propio y distintivo y, en ese sentido, el público conecta de inmediato con los artistas como personajes propios.



El género ha tenido que reinventarse para continuar promocionando novedades. Se realizaron lanzamientos que tuvieron gran acogida y réplicas en Facebook, Instagram, por supuesto YouTube y TikTok, tal como lo han sabido hacer Alzate, Paola Jara, Jessi Uribe, Pipe Bueno, etc.


Aún en medio de la distancia, el croma hizo magia y se realizaron colaboraciones virales, como fue el caso del éxito “Dime Cómo Quieres” de los artistas juveniles más representativos en la actualidad de la música regional mexicana: Ángela Aguilar y Christian Nodal. Se trató de un fenómeno inmediato de réplica y difusión; en redes empezaron a circular parodias y memes popularizando el tema, que aún sigue siendo tendencia.




El contenido viral por parte de los artistas populares no solo es sobre sus composiciones, algunos se han lanzado a realizar retos, adaptaciones o imitaciones. Este es el caso de un video realizado por Jhonny Rivera –uno de los representantes de larga trayectoria del género–, quien en TikTok ha realizado contenido desde su cotidianidad, por ejemplo, tomando como referencia a Freddie Mercury :


A esta idea se suman también El Rey del Despecho, Galy Galeano, Paola Jara, Jessi Uribe, Alzate y Luis Alberto Posada –en el caso de estos dos últimos artistas, mostrando su proceso de composición–. La estrategia de Alzate ha consistido en compartir videos cortos sobre la letra inicial de una canción, que promete ser todo un éxito. Tiempo después, realiza publicaciones con arreglos adicionales y pide a sus seguidores dejar sus comentarios hasta la divulgación del lanzamiento oficial de dicha canción, que realiza en una transmisión en vivo. Estas transmisiones generalmente se realizan en la noche. Como primicia, sus seguidores estamos conectados minutos antes, pues sabemos que a este cantante le gusta conversar un poco sobre su nuevo tema y detalles de la grabación, esto mientras se conecta simultáneamente a distintas redes y sobre la marcha va replicando lo que sucede en cada una, hasta oficialmente llevar todos sus seguidores a YouTube, para una vez más, sentirnos identificados y atravesados por aquel delgado hilo que separa el amor y el desamor.


En el caso de Luis Alberto Posada, quisiera retratar un hecho que en sus seguidores generó alboroto. El pasado 3 de junio, sus cuentas oficiales solo contaban con una única publicación. Todo el contenido compartido anteriormente había sido borrado; pero lo que realmente llamaba la atención era que la única fotografía del perfil estaba en blanco y negro y constaba de un féretro y un retrato del mismo artista, lo cual preocupó a muchos. Los seguidores comentaban sobre un posible caso de hackeo o temían que se tratara del fallecimiento del cantante, dado que no habían noticias al respecto. Horas después, todo se resolvió: se trataba del lanzamiento de su canción “Cajón de Fina Madera”. Hubo quienes se molestaron por la estrategia del cantante, que fue solo un susto.


Con todos estos ejemplos, cabe resaltar, cómo las diferentes redes sociales han permitido el desarrollo de un género que ha llegado a todo el público y muy especialmente a los jóvenes; los artistas han convertido las redes en su tarima para seguir cantándole al desamor, y que estas historias tengan mayor despliegue. En la actualidad, el despecho ocupa un lugar importante, el encierro nos ha llevado a sentir con intensidad, a seguir o expresar, bien sea de forma auténtica o por medio de imitación y memes, fragmentos de rancheras. En esta medida, el despecho se ha convertido en un fenómeno viral.


 

Por: Natalia Gamboa

bottom of page