top of page
  • El Uniandino

Afuera, en la ciudad- Crónica Completa



Era un miércoles, a mediados de junio. Hasta ese día solo había salido un par de veces y no muy lejos de la casa. Literalmente mi cuarentena había sido solo ver Netflix, YouTube, leer y cocinar. En fin, ese miércoles el novio de mi hermana fue a la casa a almorzar y pensé mientras preparaba la comida: “mierda, ahora viene este mantenido a comerse todo y no alcanzará para mis papás cuando lleguen”. Efectivamente eso fue lo que pasó.


A los pocos minutos de que él se retirara de la casa llegó mi madre con hambre y con ganas de probar ese lomo del que le había mandado foto. “F total”, ya no había comida. Después de un rato en la casa, mi papá llamó a mi mamá y ella le contó lo sucedido. Luego de hablar un momento por teléfono me dijo: “vístete, vamos a comer hamburguesa”. Yo, cual ballena feliz, me vestí lo más rápido que pude para ir a tragar. Cuando mi papá llegó a recogernos, me entregó el carro para condujera y sugirió que fuéramos a Chef Burger.


Una vez llegamos mi papá se bajó a comprar las hamburguesas y yo me ubiqué media cuadra más adelante mientras él regresaba. Nunca pensé que ese momento de espera se pudiese convertir en un instante de reflexión. Al frente de nosotros había una basura en la cual se detuvieron dos recicladores en ocasiones diferentes a escarbar. Aquella era la otra cara de la pandemia, esa que no me había tocado vivir y que, pese a todo, parecía lejana. Ambos tenían tapabocas, pero el covid no era su mayor preocupación, era no tener qué comer.


Tristemente en ese momento no se me ocurrió nada que pudiera hacer, solo observé, pero fue ahí cuando cambié un poco mi perspectiva sobre la pandemia. Esto me sirvió para ser más empático con los demás, con los que no han sido tan afortunados como yo en esta coyuntura. No pretendo decir que esto me haga una buena persona, pero ahora hago lo que puedo para ayudar a aquellos que lo necesitan, como aquellos que pasan por mi conjunto pidiendo una mano amiga, pues, ¿si estoy en la capacidad de ayudarlos por qué no hacerlo? Esa es mi historia de la cuarentena.


 

ESTA HISTORIA FUE COMPARTIDA CON NOSOTROS DE FORMA ANÓNIMA

Adaptada por: David Julián Laguna


bottom of page