El término STEM es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y engloba a las carreras relacionadas con esas áreas. Estas profesiones eran únicamente para hombres, hasta que hace unas décadas algunas mujeres valientes empezaron a cimentar el camino para que otras puedan participar en carreras STEM. Aunque ahora son muchas más aquellas que estudian y trabajan en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, la brecha entre hombres y mujeres sigue siendo muy alta.
Además de estereotipos que no permiten que muchas jóvenes decidan estudiar carreras STEM, algo que afecta bastante esta decisión (y que incluso desmotiva a aquellas mujeres que ya hacen parte de estas) es la falta de representación y de un modelo a seguir en el que se puedan reflejar. Este es particularmente mi caso, ya que en todo mi pregrado y en el contenido de los cursos no he conocido a ninguna mujer que haya hecho aportes realmente significativos, o por lo menos nunca las han mencionado. En la literatura siempre son nombrados hombres como Newton, Bernoulli, Reynolds, Gauss, Euler, Laplace, Prandtl, Pascal, Carnot, Rankine y Joule. A pesar de que son muy inteligentes y que, por todo lo que lograron, los admiro mucho, me gustaría algún día encontrar junto a ellos el nombre de una mujer. Una vez mientras estudiaba leí que las turbinas Darrieus fueron patentadas por Jean Marie Darrieus. Con mucha alegría paré todo lo que estaba haciendo y me apresuré a buscar la biografía de esta persona. Lastimosamente era un hombre francés que con su nombre logró recordarme una vez más la poca representación que tenemos y lo mucho que eso me desalienta.
Aunque los hombres tengan mayor reconocimiento en STEM esto no significa que ninguna mujer haya aportado algo importante a estas áreas. Son pocas las que lo han hecho, pero sí existen y considero que es importante resaltarlas para que todas las mujeres encuentren en ellas un posible modelo a seguir. Por lo tanto, a continuación se hablaré de algunas mujeres, no tan famosas como Marie Curie, pero que de igual manera se destacan en carreras STEM:
Alice Augusta Ball fue una química afroamericana que desarrolló un extracto de aceite inyectable y que fue el tratamiento más eficaz para la lepra hasta la década de 1940. Fue la primera mujer y la primera afroamericana en recibir una maestría, además de la primera profesora de química en la Universidad de Hawai.
A la temprana edad de 23 años Ball desarrolló una técnica que permitiría que el aceite de las semillas del árbol de chaulmoogra se volviera inyectable y absorbible por el cuerpo. Desafortunadamente, debido a su prematura muerte, Alice no pudo publicar sus revolucionarios hallazgos. Posteriormente, Arthur L. Dean, químico y presidente de la Universidad de Hawai, publicó los hallazgos sin darle crédito a Ball y renombró la técnica como Método Dean.
El trabajo de Alice Ball impactó directamente a las ocho mil personas que fueron diagnosticadas con lepra y por esto, el ex vicegobernador de Hawái, Mazie Hirono, declaró el 29 de febrero "Día de Alice Ball".
El mismo año en que recibió su título de doctorado en Ciencias de la Información de la Universidad de Chicago, Adele comenzó a trabajar en Xerox PARC (Palo Alto Research Center). Junto con colegas de trabajo ayudó a desarrollar SmallTalk-80. Este lenguaje de programación se utilizó para crear una de las primeras interfaces gráficas modernas de usuario (GUIs) con ventanas, iconos, menús y punteros (WIMP), algo que la mayoría de nosotros damos por sentado en la actualidad.
Adele le presentó el sistema Smalltalk-80 a Steve Jobs, quien implementó muchas ideas en sus productos Apple. Por lo tanto, Adele Goldberg inspiró a Steve Jobs en la creación de la primera computadora de Apple. Sin ella, el entorno de escritorio de Apple podría no verse como lo hace hoy.
Adele también se convirtió en la presidenta de la Association for Computing Machinery (ACM) de 1984 a 1986. En 1987, junto con Alan Kay y Dan Ingalls, ganó el premio ACM Software Systems Award. En 1990 recibió el Lifetime Achievement Award de PC Magazine y en 2010 fue incluida en el Salón de la Fama de Women in Technology International (WITI). Su legado lo puede sentir cada vez que abre una nueva ventana y señala y hace clic en su PC.
Mary Jackson fue una matemática e ingeniera aeroespacial estadounidense. En 1951 comenzó a trabajar en el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA), que luego se convertiría en la NASA, donde fue miembro de la unidad de Computación West Computers. En 1953 dejó esta unidad para trabajar para el ingeniero Kazimierz Czarnecki, realizando experimentos en un túnel de viento de alta velocidad que ayudó a estudiar las fuerzas para mejorar aviones americanos con vientos de casi el doble de la velocidad del sonido. Czarnecki sugirió que Jackson ingresara a un programa de capacitación que le permitiría convertirse en ingeniera aeroespacial. Después de conseguir este título, en 1958, se convirtió en la primera ingeniera negra en la NASA.
Posteriormente, y durante unos 20 años, Mary Jackson trabajó en diversas divisiones de la NASA, incluida la División de Investigación de Compresibilidad, Aerodinámica de Alta Velocidad y Aerodinámica Subsónica-Transónica. También fue coautora de 12 documentos técnicos para la NASA que ayudaron de manera significativa para que Neil Armstrong pusiera un pie en la Luna.
Su historia se hizo más conocida gracias a el libro de Margot Lee Shetterly titulado "Figuras ocultas: El sueño americano y la historia jamás contada de las matemáticas que ayudaron a ganar la carrera espacial", en donde expone su historia y la de otras dos mujeres afroamericanas que trabajaron en la NASA.
Maryam Mirzakhani fue una matemática iraní, nacida en Teherán en mayo de 1977, que pasó a ser conocida internacionalmente por ser la primera mujer galardonada en 2014 con la Medalla Fields, el premio más prestigioso en matemáticas y considerado el Nobel de las matemáticas. Este premio lo consiguió por sus avances sobresalientes en las superficies de Riemann y espacios de moduli.
Fue a la escuela secundaria NODET (Organización Nacional para el Desarrollo de Talentos Excepcionales) en Teherán y se hizo conocida en la escena internacional de matemáticas cuando era una adolescente, ganando sendas Medallas de Oro en las Olimpiadas Matemáticas de 1994 y 1995. En este último año se convirtió en la primera estudiante iraní femenina en conseguir la máxima calificación en las Olimpiadas. Realizó una licenciatura en matemáticas en la Universidad de Tecnología Sharif en Teherán y, después de terminarla en 1999, comenzó a trabajar en su doctorado en la Universidad de Harvard en Estados Unidos bajo la supervisión de Curtis McMullen, quien ganó la Medalla Fields en 1998.
Mirzakhani se destacó en una amplia gama de técnicas y áreas de las matemáticas –incluyendo álgebra, cálculo, análisis complejo y geometría hiperbólica–. Además, tilizando principios de diversos campos consiguió un nuevo nivel de comprensión en la topología de baja dimensión.
Esta lista de cuatro mujeres excepcionales demuestra que nosotras también podemos contribuir al conocimiento STEM y que sí hacemos parte de estas áreas. Espero que hayan podido encontrar un modelo a seguir, pero si no lo hallaron, pueden buscar otras o convertirse en sus propias Sheroes.
"Las mujeres tienen un lugar en la mesa cuando se trata de ciencia. No dejes que nadie te diga lo contrario".
- Dr. Marye Anne Fox
Por: Stephanie Pedrozo
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