- El Uniandino
¿Por qué importa tanto una pared pintada?
Uno de los medios de protesta más utilizados durante las manifestaciones de abril del 2021 fue el graffiti. Distintos grupos, divididos por sus opiniones políticas, hicieron del espacio público un lugar de debate sin palabras. Durante el Paro Nacional se vieron paredes pintadas que días después fueron censuradas por personas diversas que, en algunos casos, contaban con el apoyo de la policía. Esto sucedió a lo largo del país y, sin embargo, los graffiteros salieron y volvieron a pintar aquello que fue borrado. ¿Por qué importa tanto una pared pintada?
Un fotorreportaje de El Uniandino.
5 de abril de 2021 - Pintada en la Calle 85 de PrimeraLineaCol, Teck24, GallinasFuriosas, AlejoElConejo y Henao13
“Es un fenómeno creciente, no hay una única definición”. El guía, que dirige a un puñado de personas por las calles de La Candelaria, tiene una definición personal: “el graffiti es cualquier expresión libre, tallada, pintada o instalada. Normalmente en espacio público y de forma ilegal, pero hay muchas excepciones para eso, muchas” - Guía de Bogotá Graffiti Tour.

“Yo hablo en defensa de las minorías, en nombre de la conexión, de la empatía” - Teck24, artista, muralista y graffitero.
“Yo hago graffiti por las mujeres, para desahogarme, para decirle a la gente que no está sola” - Daniela Prado, escritora, artista visual y fundadora de BadEducationCollage.

Históricamente el graffiti ha sido hecho por personas en los márgenes de la sociedad, ciudadanos que se sienten excluidos, que no crecieron con la garantía de ser escuchados al alzar la voz y que no se sienten representados. La toma del espacio público viene de aquella necesidad de hacerse presentes. Es, en esencia, un acto político.
Beat Bop Gallery y la Galería Beta hicieron una exposición en septiembre pasado con obras de 14 artistas urbanos. Se presentaron obras por Mood Atlas y Chirrete Golden, ambos con una propuesta de graffiti en modelos miniatura.
Izquierda: Chirrete Golden - Galería Beta. Drecha: Mood Atlas - Galería Beta
La empresa Sin Campana se dedica a hacer modelos miniaturas de fachadas sobre las cuales los grafiteros pueden intervenir o diseñar. Fue creada por grafiteros que llevan entre 15 y 20 años en la escena, con la idea de continuar con la expresión y disminuir la violencia en las calles. Durante el Paro, crearon un modelo de un CAI con la intención de mover el graffiti por fuera del espacio público y que sirviera como un medio de expresión que no pusiera en riesgo a los artistas.


En el transcurso del Paro Nacional se censuraron murales que hacían alusión a la situación del país. Lo hicieron grupos de ciudadanos, muchas veces acompañados por la policía, que pintaban de blanco o gris las paredes intervenidas. Al preguntarle a los grafiteros qué los diferenciaba de estas personas, más allá de la ideología, si ambos grupos pintaban el espacio público, me dijeron que la respuesta era de dónde venían.

Los grafiteros no tienen el apoyo de instituciones del Estado, se ven expuestos a una multa y son tratados como vándalos. Lo mismo no pasa con aquellos que pintan de blanco.


“Hay que dialogar con calma y así los obligas a seguir un ritmo distinto, nadie pelea con la decencia. El graffiti es una lucha pacífica: hacer sin atacar. Su violencia no me interesa, el odio no se combate con más odio, la amabilidad los desarma” - Teck24.

Es difícil que el arte en sí genere un cambio. Pintar un cuadro, ver una película o escribir una canción son acciones que de por sí no cambian nada. Sin embargo, si aquella pintura, película y canción provoca una discusión, tiene el potencial de hacerlo.

Las instituciones de arte, museos, cines, plataformas en general de contenido, deciden qué se ve, qué no y en qué cantidad. En últimas, deciden qué voz se escucha y cuáles se mantienen silenciadas.

El graffiti, por otro lado, rompe esas barreras y se toma ese espacio que es nuestro, que habitamos.
Es, igual que la ciudad, cambiante, y siempre muestra una realidad distinta, actual. Los grafiteros y su trabajo, por la cuestión de ilegalidad y mutabilidad, generan una discusión mucho más abierta y honesta, sin límites académicos ni confinadas a espacios específicos.


Así es que el graffiti cobra protagonismo en coyunturas nacionales. Las marchas fueron en las calles, y el registro de las emociones que se sintieron fueron dejadas ahí, en las paredes que los protestantes recorrían.

Por: Salomé Rubio