La drástica contracción de la economía mundial por cuenta de las medidas de contingencia sanitaria impuestas en la coyuntura por COVID-19 ha generado “la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial”, según un informe del Banco Mundial. Las secuelas, producto del brote epidemiológico, plantean desafíos a largo plazo para la reactivación y estabilización de sectores económicos que, como el entretenimiento y el turismo, dependen principalmente del público para alcanzar sus proyecciones financieras.
Como es de esperar, en el marco de la contingencia sanitaria uno de los sectores que más se ha visto afectado por las restricciones de movilidad y los cierres temporales ha sido el de los museos. Una encuesta del International Council of Museums (ICOM), en la que participaron 1600 profesionales de museos ubicados en 107 países alrededor del mundo, reveló que el 82,6% de los encuestados prevén recortes de las actividades, el 29,8% vaticinan una reducción del personal, mientras que el 12,8% auguran el cierre total de las instalaciones. Según el estudio la situación de los museos autónomos o privados es crítica, y ya el 22,6% de los encuestados declararon que su contrato laboral no había sido renovado. Si bien estos datos no son representativos ni concluyentes ponen de relieve el difícil panorama financiero al que actualmente se ven enfrentados los museos en el mundo. Después de todo, los museos hacen parte del motor de la economía turística.
De acuerdo con una nota publicada a finales de abril del 2020 por el New York Times, la situación financiera de los museos y su sostenibilidad durante la cuarenta varía dependiendo de su carácter público o privado, así como de su nivel de dependencia en las ventas de taquilla y el sector turístico. Por ejemplo, en el caso específico del sector de los museos en Estados Unidos el American Alliance of Museums reportó, en una carta dirigida al Congreso de EE.UU, que cerca del 30% de los museos en todo el país no podrán volver a abrir sus puertas sin el soporte financiero del estado.
En Colombia, el panorama del sector es igualmente preocupante. En el país se calcula que existen aproximadamente 740 museos, de los cuales la mayor parte corresponden a entidades sin ánimo de lucro cuyo funcionamiento depende, en gran medida, de la venta de boletería y del préstamo de servicios. Ante la declaración del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica en todo el territorio nacional por cuenta del brote del nuevo coronavirus los Museos del Ministerio de Cultura, la Mesa Nacional de Museos y las Redes Departamentales de Museos se acogieron a las medidas de confinamiento general adoptadas por el gobierno y las administraciones regionales para minimizar el impacto del Covid-19.
A través de la página oficial del Sistema de Información de Museos Colombianos (SIMCO) se tuvo acceso a información actualizada sobre el panorama financiero de algunas de estas instituciones en el país. Una encuesta realizada este año a 183 trabajadores de museos colombianos reveló que el 45,3% de los encuestados trabaja en museos que se sostienen con el apoyo estatal, mientras que el 29,2% trabaja en museos de carácter privado. Por fortuna, hasta el momento, ninguno de los museos que se encuentran registrados en el SIMCO ha reportado el cierre permanente de sus instalaciones por cuenta de la crisis sanitaria. Este dato llama la atención teniendo en cuenta que gran parte de los museos colombianos, independientemente de su carácter público o privado, se sostienen a través de la boletería de entrada, el alquiler de sus espacios, el desarrollo de eventos, la venta de servicios y la tienda.
Aunque se puede llegar a pensar que el cierre de estos espacios no reviste mayor problemática ni secuela a largo plazo no se debe olvidar que los museos son espacios contenedores del patrimonio tangible e intangible de la humanidad, y que dentro de sus principales funciones está la de garantizar la conservación de estos bienes en el transcurso del tiempo. Por ende, uno de los aspectos que más preocupa a los trabajadores de museos son las consecuencias que el cierre temporal o permanente de estos espacios podría traer para el desarrollo de los programas de conservación preventiva y los proyectos de restauración de bienes culturales.
De acuerdo con los resultados arrojados en la encuesta del ICOM, cerca del 80% de los encuestados expresó que las medidas de seguridad y conservación en sus museos se mantuvieron o aumentaron. Sin embargo, dentro de este grupo el 20% aseguró que los procedimientos adoptados siguen siendo insuficientes. En el marco de la contingencia sanitaria la vulnerabilidad de las colecciones ante la incidencia de factores de deterioro ambientales o biológicos, así como de factores de riesgo por robo, se incrementa significativamente. Con respecto a este último peligro cabe que recordar los renombrados casos ocurridos en la Christ Church Picture Gallery en Oxford, de donde, a mediados de marzo, fueron sustraídos tres cuadros de los siglos XVI y XVII; el caso de la pintura Spring Garden o el Jardín de Primavera de Vincent Van Gogh, que fue robado sigilosamente de las instalaciones del Museo Singer ubicado en Laren, Países Bajos.
Por todo lo anterior, la incertidumbre del panorama mundial y nacional por cuenta de las medidas de confinamiento sanitario llevó a que profesionales de museos en todo el mundo organizaran espacios propositivos de debate y reflexión para generar documentos oficiales en los que se compilaran recomendaciones en torno al manejo de colecciones culturales durante la pandemia. En Colombia a principios de la cuarentena los conservadores de los museos del Ministerio de Cultura (Minconserva) se reunieron virtualmente para discutir y plantear una serie de medidas de seguridad y prevención encaminadas a minimizar los factores de riesgo que pudieran presentarse en los museos, tales como: riesgos por fallas en el sistema eléctrico o de desagüe, afectaciones estructurales en el inmueble, fallas en el esquema de vigilancia o en el sistema de seguridad, presencia de plagas, etc. Como es de esperar, en esos momentos el trabajo articulado entre el personal de vigilancia, servicios generales y conservación fue determinante para monitorear el estado de la infraestructura y sus colecciones. Aquí vale la pena resaltar la importancia que tiene el programa de capacitaciones internas dirigidas al personal de seguridad y servicios generales en temas de patrimonio y conservación.
Por otro lado, a mediados de marzo –mientras el personal de los museos empezaba a afrontar el desafío de trasladar al campo virtual, la programación cultural y la oferta de servicios educativos– el Gobierno Nacional promulgaba –a través del Decreto 475 de 2020– un plan de mitigación para salvaguardar a los sectores productivos del país, en el que no se contemplaba al sector museal. Como lo dejó claro un comunicado de la Junta Directiva de ICOM Colombia, este tipo de reacción pone en evidencia el desconocimiento que hay de la función que estas instituciones cumplen en la conservación, resguardo, investigación y difusión del patrimonio cultural de la Nación. En respuesta a la promulgación de este Decreto la Mesa Nacional de Museos, los Representantes de las Redes Departamentales y la Consejera Nacional de Museos ante el CNCU, enviaron un comunicado a la Ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho, a través del cual manifestaron la importancia de los museos dentro de la cadena de servicios turísticos que ofrece el país y propusieron una serie de estrategias comunicativas, operativas y financieras para proteger al sector de museos y garantizar la continuidad de sus programas y servicios a corto, mediano y largo plazo.
A modo de contestación a la crisis financiera que actualmente están afrontando los museos del país el 8 de julio de 2020 el Ministerio de Cultura de Colombia lanzó una convocatoria: Comparte lo que somos: el arte, la cultura y el patrimonio un ‘abrazo’ de esperanza nacional – 2020 Categoría Los museos cuentan. La cual, con un apoyo de 3000 millones de pesos, busca impulsar la reapertura, reactivación y/o transformación de los museos privados y mixtos. Según SIMCO, adicionalmente, Mincultura dispuso algunos fondos de emergencia para ayudar a enfrentar la actual coyuntura a través de iniciativas como la primera fase del Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura y la versión décimo-primera de los Premios Ibermuseos de Educación.
Desde el principio de la cuarentena los museos de Mincultura idearon una parrilla de programación cultural con temáticas que son propuestas y desarrolladas por los equipos de curaduría, comunicación educativa, conservación y divulgación. Por esta razón, detrás de cada publicación hay un trabajo concienzudo de programación y articulación interna y externa. Así, en oposición a lo que muchos pueden pensar, en época de cuarentena los trabajadores de museos colombianos no se quedaron de brazos cruzados. Al contrario, asumieron el reto de la reinvención y comenzaron a trasladar al campo virtual muchas de las actividades que normalmente se desarrollan en la planta física de las instituciones. Este escenario puso en evidencia el potencial de explotación que ofrece el campo virtual a todas las áreas de los museos. Para sorpresa de muchos las conservadoras y conservadores de museos estuvieron muy activos en las redes sociales, ideando formas de acercar al público a temáticas relacionadas al complejo y multidisciplinar campo de la restauración y conservación preventiva de bienes culturales. Las conservadoras de Minconserva crearon diferentes tipos de contenido y formatos para atraer audiencias de todas las edades, desde tips para conservar figuras en plastilina hasta revisión de historias clínicas, conversatorios y entrevistas a profesionales en restauración. Lo cierto es que el escenario virtual ha permitido acercar al público a temáticas que antes habían sido poco exploradas y a espacios que normalmente están restringidos al público general.
En este momento muchos museos de Bogotá ya se están preparando para recibir –bajo estrictos protocolos de bioseguridad– a todos aquellos seguidores y visitantes que esperan con entusiasmo volver a recorrer las salas de estos espacios culturales. Pero, desde luego, la parrilla virtual seguirá funcionando, ya que la puerta al mundo digital ha permitido al sector de los museos superar límites físicos y brindar a su audiencia un acercamiento desde otras perspectivas al patrimonio cultural.
Por: Paola Andrea López
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