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El Uniandino

Las neuronas también sufren del mal del corazón roto

Actualizado: 7 ago 2020

En esta entrada, Oscar Y. Moreno R, estudiante de Medicina de último año, explica sobre el síndrome del corazón roto, sus síntomas y causas.

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Aunque la comúnmente llamada tusa en general no cobra un vidas, existen algunos casos descritos en el campo de la cardiología bajo el nombre de “síndrome del corazón roto”. Pero claro, en medicina usamos un nombre más serio: “miocardiopatía de Tako-Tsubo”. Esto ocurre cuando los músculos del corazón se debilitan repentinamente y cambian la estructura misma del órgano. Por lo general, el síndrome se asocia a emociones extremas o cargas de estrés excesivas, como la pérdida de un ser querido. El síndrome del corazón roto tiene síntomas similares a un ataque cardíaco, incluyendo dolor en el pecho y dificultad para respirar. Si lo comparamos con un infarto, este síndrome puede tener consecuencias duraderas, pero la mayoría de las personas que desarrollan esta condición se recuperan por completo sin ningún daño permanente al corazón. Podríamos entonces aplicar el dicho de que el tiempo lo cura todo, excepto un infarto.


Las causas del síndrome del corazón roto aún no se comprenden totalmente pero recientemente investigadores en Suiza se interesaron en este tema, realizando un estudio publicado en la Revista Europea del Corazón. Ellos tuvieron en cuenta que si generalmente este síndrome se desencadena por emociones extremas, era relevante examinar el papel del cerebro en la evolución del mismo. Para esto, mediante el uso de imágenes de resonancia magnética funcional del cerebro (fMRI), compararon el cerebro de mujeres que habían tenido previamente el síndrome del corazón roto. En el estudio los investigadores encontraron que las personas con la afección tenían menos conexiones entre las regiones del cerebro asociadas con el procesamiento emocional y el sistema nervioso autónomo. Aunque este término suene complejo, simplemente es el aparato que controla los procesos automáticos en nuestros cuerpos como el parpadeo y los latidos del corazón.


Las neuronas, al igual que las personas, forman conexiones para hablar entre ellas con el fin de recibir, procesar y responder a las diferentes señales en el cerebro. Si esas conexiones son escasas, diferentes regiones del cerebro no pueden comunicarse de forma adecuada. Esto es vital para llevar a cabo diferentes acciones como tomar decisiones en situaciones estresantes. En investigaciones anteriores la amígdala, una área del cerebro involucrada en el miedo, se había relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Sin embargo, se desconocía exactamente cuánto charlan menos estas regiones del cerebro. Es importante resaltar que aunque se encuentren cambios en las imágenes cerebrales esto no significa que sean la causa de una enfermedad específica. Correlación no es igual a causalidad. La forma de definir esto sería realizando escáneres cerebrales a los pacientes antes de que desarrollen el síndrome del corazón roto. Y quizás nadie que se encuentra en una relación adecuada esté pensando en que pueda terminar en un día específico, y de ser así, mucho menos pensará que quedará casi infartado.


Esto nos lleva a la pregunta de si la disminución de la comunicación podría estar causando el síndrome del corazón roto o si el desarrollo del síndrome está provocando una disminución de la comunicación en el cerebro. Investigaciones como la de Ghadri en Suiza buscan aportar nueva información que permita desenredar estos hallazgos y también ayudar a los médicos a comprender quién está en riesgo de sufrir un síndrome de corazón roto y por qué. El síndrome del corazón roto "claramente involucra interacciones entre el cerebro y el corazón", dijo Ghardi. Es "de hecho un síndrome cerebro-corazón". Y, ¿quién sabe?, en el futuro quizás también exista un tratamiento para la tusa.


Bibliografía


Broken heart syndrome | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program. (2020). Recuperado el 14 de julio de 2020, de https://rarediseases.info.nih.gov/diseases/9400/broken-heart-syndrome

Templin, C., Hänggi, J., Klein, C., Topka, M. S., Hiestand, T., Levinson, R. A., Jurisic, S., Lüscher, T. F., Ghadri, J.-R., & Jäncke, L. (2019). Altered limbic and autonomic processing supports brain-heart axis in Takotsubo syndrome. European Heart Journal, 40(15), 1183–1187. https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehz068


 

Por: Oscar Y. Moreno R., estudiante de Medicina de último año

Diseño por: Nicolás Lozada


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