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El Uniandino

“Con alteraciones en el paisaje se han visto cambios en la distribución de las especies de pájaros"

El pasado 8 de octubre se llevó a cabo el Global Big Day, una competencia mundial de avistamiento de aves. Desde el 2015, dos veces al año el evento congrega multitudes de ornitólogos y expertos alrededor de la identificación, registro y contabilización de aves.

La iniciativa, que es liderada por la Universidad de Cornell, tiene como objetivo aprovechar las épocas migratorias de mayo y octubre para que, por medio de la ciencia participativa, profesionales y aficionados cooperen con investigadores en el registro de aves a nivel mundial. Los datos que allí se recolectan son abiertos, es decir, cualquiera puede tener acceso a estos.



En esta oportunidad, Colombia se reafirmó por sexta vez en el primer puesto como país con mayor diversidad de aves a nivel mundial. Según la página oficial del evento Global Big Day, durante la pasada jornada se logró hacer registro de 1,235 especies de aves en todo el territorio nacional. No es para menos, en su amplia variedad de ecosistemas, el país alberga aproximadamente 1,884 especies de aves.


Momotus aequatorialis, Jardín, Antioquia


El reconocimiento y clasificación de aves no podría ser posible sin la existencia de guías de campo —libros que por medio del dibujo científico permiten la identificación de los animales que están siendo observados. Sobre nuestra diversidad y la importancia de las guías de campo para la investigación e inclusión de las comunidades locales en la ciencia, conversamos con Fernando Ayerbe Quiñones, biólogo colombiano, investigador asociado al programa Colombia de la Wildlife Conservation Society (WCS), y autor de la Guía Ilustrada Avifauna Colombiana, que en este año publica su tercera edición.


Entre las cosas nuevas que trae esta tercera edición de la guía de Avifauna Colombiana, se incluyeron 71 especies nuevas. ¿A qué se debe la aparición de estas especies y porque no fueron incluidas antes?


En total la guía tiene 2.016 especies. De esas, 71 no se habían incluido en las ediciones anteriores por tres razones: la primera es que la gran mayoría de esas especies son hipotéticas, es decir, son aves que posiblemente están en el territorio nacional pero que no se han visto, o por lo menos, nadie las ha registrado aún. Estas son especies migratorias boreales que viajan desde norteamérica e invernan en las zonas neotropicales. Han sido avistadas en Ecuador y Brasil, así que en algún momento deben pasar por Colombia.

La segunda razón es que hay otro tipo de especies hipotéticas en las zonas fronterizas como por ejemplo Ecuador. Varias especies que están distribuidas en las zonas bajas y secas de la costa pacífica ecuatoriana pueden ampliar su rango de distribución hasta el municipio de Tumaco, Nariño en Colombia.


Y la tercera razón es que son especies que en anteriores clasificaciones eran subespecies pero se ha producido lo que se llama un “split” y suben de categoría. Ahora son reconocidas como especies independientes y esto repercute en que hace crecer la riqueza del país.


¿Cómo fue el proceso de elaboración de la guía? ¿Cuánto tiempo tardó la elaboración de la tercera edición en comparación con las anteriores?


Desde la primera edición la ilustración ha sido completamente de mi autoría. El proceso inicia con ilustraciones en acuarela que luego se digitalizan. Para representar a los colibríes se utilizaron también lápices de colores. A diferencia de las ediciones anteriores, que tardaron aproximadamente 6 años, esta última tardó dos años. Fue un trabajo durante la pandemia.

Euphonia laniirostris, Santa Fé de Antioquia, Antioquia


¿Cómo ha sido el trabajo con los habitantes de cada región en la que se realizan sus salidas de campo?


Ha sido muy agradable, la verdad. Es que las aves son un puente para interactuar con la gente. Estos animales son un grupo tan carismático que todo el mundo tiene que ver con ellas. La gente en campo tiene muchísima información de prácticamente todas las especies del área donde viven. Siempre se presenta la oportunidad para que nos enseñen sobre lo que conocen de sus especies como la alimentación y los nombres comunes.

A la gente les encanta ver los dibujitos de las guías de campo porque así pueden comparar las especies que han visto y saber de las de las otras regiones. Por lo general a los ornitólogos nos reciben muy bien en campo, es valiosa la oportunidad del intercambio de conocimientos, nosotros desde la parte científica y ellos desde el conocimiento más vernáculo.


¿Ha notado cambios significativos de la distribución de las aves respecto a años anteriores? ¿Ha tenido que excluir alguna especie que ya no se ve más en el país?


Con alteraciones en el paisaje, como con la deforestación, se han visto grandes cambios en la distribución de las especies con respecto a años anteriores. Como por ejemplo, en los llanos orientales hay especies que extienden su hábitat hasta el piedemonte amazónico. La deforestación de este territorio durante décadas hizo que las poblaciones se desplazaran más hacia los valles interandinos. Un ejemplo es el fenómeno del Tordo (Quiscalus lugubris), que está en toda Colombia: empezó invadiendo la Guajira, desde los llanos orientales de Venezuela, pasó al Magdalena medio, de ahí hasta los valles interandinos, luego las cordilleras y prácticamente ahora está en todo el país. Eso ha sucedido desde el 2006 hasta ahora. Por eso es necesario editar los mapas con cada edición.


Colibri coruscans. Marinilla, Antioquia


La otra razón de la percepción de cambios es que ahora hay más gente que va a zonas en las que antes no se contaba con muchos registros. Gracias a los registros de esos pajareros —así se le llama coloquialmente a quienes se dedican al oficio del avistamiento de aves— podemos ampliar los rangos de distribución.


Sobre la desaparición de especies, o que aparecen como extintas, la mayoría se ubican en la sabana de Bogotá. Estas especies no se excluyen de la guía ya que están presuntamente extintas y esperamos que algún día se vuelvan a avistar, como ya ha pasado con otros grupos de animales en esta categoría. Para esto son necesarios los proyectos de investigación y conservación de los humedales principalmente aquellos que se encuentran al norte del del altiplano cundiboyacense. La disminución en este tipo de ecosistemas es lo que ha producido estos efectos en las aves de la zona.


¿Iniciativas como el October Big Day son de utilidad científica? ¿Qué podría hacerse mejor?


Iniciativas como el October Big Day tienen una gran utilidad para la comunidad científica. Antes había muy pocos ornitólogos y les tocaba sacar registros viajando por toda Colombia. Hoy en día, con estas iniciativas de ciencia ciudadana y participativa cualquier persona de cualquier región del país, y del mundo, puede unirse a colectivos de pajareros, adquirir el conocimiento y habilidades para identificar aves y reportar sus registros. Es una oportunidad grande impulsada por la competencia sana.


Stilpnia heinei, Marinilla, Antioquia


Para poder usar los datos es necesario hacer una depuración de los mismos, pero en general la información es muy buena, no solo en esos dos días al año (Global Big Day en Mayo y October Big Day, en Octubre) sino que hay gente que sube su información constantemente en otros meses.


A mi me gustaría que no solo se subiera un listado de especies avistadas sino que se aprovechara la oportunidad para hablar con la gente de la región: los campesinos, afro e indígenas y que se reportaran cosas como “Número de nombres vernáculos”. Ese tipo de información se está perdiendo mucho. Hay que aprovechar que tanta gente sale a campo para que se hagan esas preguntas con la comunidad de la ruralidad.


 

Por Miranda Bejarano

Fotos de: Valeria Puertas Meza





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